Molestia en Israel por espionaje de EE.UU. a políticos
22 de diciembre de 2013
La trama de espionaje a todo nivel sigue su curso, esta vez afectando a dos países que se caracterizan por tener relaciones del mejor nivel. Según las últimas revelaciones realizadas en base a documentos filtrados por el exanalista de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) estadounidense, Edward Snowden, los servicios secretos de Washington y la agencia británica GCHQ espiaron a conocidos políticos israelíes.
Se trataría, según The Guardian, The New York Times y Spiegel, del ex primer ministro Ehud Olmert y del exministro de Defensa Ehud Barak, además de otros altos cargos de seguridad. Esto generó que este domingo (22.12.2013) el responsable de los servicios secretos de Israel, Juval Steinitz, calificara de “inaceptable” el espionaje entre Estados amigos, mientras que el diputado Nachman Schai exigía un debate parlamentario urgente sobre el tema.
Los políticos habrían sido vigilados entre 2008 y 2011. Estas revelaciones impulsaron a distintos personeros israelíes a exigir a Estados Unidos explicaciones, así como la liberación de Jonathan Pollard, un espía israelí preso en Estados Unidos por pasar información secreta desde su trabajo en la Marina estadounidense a los servicios secretos de Israel. Pollard fue condenado a cadena perpetua y lleva 28 años en prisión.
Netanyahu quiere calmar las aguas
El malestar generalizado contra el principal aliado del país inquieta al primer ministro Benjamin Netanyahu, quien este domingo (22.12.2013) desestimó las solicitudes de su gabinete de presionar a Washington para que explique las denuncias de espionaje. Netanyahu busca, de esta manera, evitar fricciones con el Gobierno de Barack Obama, que supone un importante respaldo para Israel.
“Estados Unidos está espiando sistemáticamente al liderazgo político y de seguridad de Israel”, acusó el ministro de Transporte, Yisrael Katz, exigiendo el compromiso de Washington de detener el espionaje. Su par de Turismo, Uzi Landau, también se sumó a los reclamos cuando dijo a periodistas: “Si alguna vez fue el momento para traer a Pollard aquí, es ahora”.
Aunque el ministro Steinitz dijo que su país siempre sospechó que hasta los aliados los espiaban, no dejaba de ser un problema entre países que se dicen amigos. Olmert, uno de los presuntamente espiados, dijo que la cuenta de correo electrónico que pudo ser monitoreada era “pública” y que las posibilidades de haber puesto en peligro la seguridad nacional eran mínimas.
DZC (Reuters, dpa)