Misión europea en el Congo
4 de junio de 2003
La decisión ya está tomada. Sólo falta que la refrende oficialmente el Consejo de Ministros de la Unión Europea. Tras ese paso formal, soldados de la UE se aventurarán, por primera vez en la historia, a participar en una misión de paz sin contar con el marco de la OTAN. El mandato de la ONU para enviar fuerzas de paz a la República Democrática del Congo tiene carácter de urgente, de manera que se espera que ya la semana entrante los uniformados se pongan en marcha. Su misión: restablecer la seguridad en Bunia, capital de la provincia de Ituri, donde el pequeño contingente de soldados uruguayos de la ONU que allí se encuentra corre peligro de no poder controlar la situación.
Zona de alto riesgo
Actualmente están en marcha conversaciones entre las distintas fuerzas que actúan en Ituri para tratar de lograr la desmilitarización pacífica de Bunia, controlada por la "Unión de Patriotas Congoleños". Dicho grupo, integrado por miembros de la etnia Hema, cuenta con respaldo de Ruanda, uno de los países involucrados en la lucha por influencias y el control de las riquezas naturales del Congo. Pero nadie puede prever cómo evolucionarán las cosas.
Lo único claro es que se trata de una tarea altamente peligrosa y no tiene punto de comparación con la efectuada por los europeos en Macedonia, donde asumieron funciones policiales cuando la OTAN ya no fue necesaria. Allí no están cayendo tiros a diestra y siniestra. En el Congo, en cambio, la violencia muestra su cara más espeluznante, con combates entre milicias tribales que no trepidan en utilizar también a niños como soldados. Cientos de personas han muerto durante los últimos meses y se temen nuevas masacres.
Motivos justificados
En la Unión Europea existe conciencia de los riesgos. Un alto oficial de la OTAN se preguntaba, por ejemplo,¿qué hará un soldado alemán si un niño lo apunta con un arma? Son cosas para las que los uniformados germanos no están preparados. No es probable, en todo caso, que Berlín envíe tropas de combate. Según un portavoz gubernamental, Alemania se sumará a esta misión de paz con unidades sanitarias y apoyo logístico. El grueso del contingente y su comando estará a cargo de Francia.
Desde una perspectiva moral, la misión está plenamente justificada. Se trata de evitar que se repitan historias como la de Ruanda, donde en 1994 la comunidad internacional no fue capaz de evitar el desastre que dejó un saldo de miles de muertos y refugiados. También desde el punto de vista político resulta comprensible la voluntad de actuar. La Unión Europea se siente en la necesidad de mostrar presencia y capacidad de tomar decisiones, tras el triste espectáculo de división brindado durante la crisis iraquí.