Misa de inicio de Pontificado de Benedicto XVI
23 de abril de 2005Tres semanas después de la muerte de Juan Pablo II, el Papa Benedicto XVI asumirá su puesto al frente de la Iglesia católica. Se espera la asistencia de cerca de 500.000 personas a la Misa de inicio de Pontificado del cardenal alemán, Jospeh Ratzinger. Durante la ceremonia recibirá las insignias papales, el Anillo del Pescador y el Palio, una estola blanca con cruces rojas, tejida con la lana de un cordero bendecido.
Refuerzan controles
La misa comenzará a las diez de la mañana romana y será celebrada por el cardenal chileno, Jorge Arturo Medina Estévez, el mismo cardenal que dio la noticia el martes pasado de la elección del nuevo pontífice. Al final de la misa Ratzinger impartirá la bendición "Urbi et Orbi".
Se espera la asistencia de jefes de Estado y de Gobierno de todo el mundo, entre ellos el canciller alemán, Gerhard Schröder, y el presidente alemán, Horst Köhler.
Nuevamente se ha reforzado el control policial, aunque nada que se compare con las exequias fúnebres de Juan Pablo II. Unos 7.000 policías se encargarán de controlar la ciudad. La OTAN volverá a poner a disposición un avión radar AWAC para que controle el espacio aéreo romano que estará cerrado al tráfico aéreo normal.
Benedicto XVI agradece al IV poder
Conciente de la importancia de los medios, Benedicto XVI agradeció este sábado a los medios de prensa su servicio "a la sociedad y a la Iglesia católica" y mostró su deseo de proseguir el diálogo con el mundo de la comunicación que mantenía su predecesor, Juan Pablo II.
El Papa recibió en el aula Pablo VI del Vaticano a cerca de dos mil periodistas en su primera audiencia con la prensa, en la que destacó las posibilidades extraordinarias que ofrecen en la actualidad los medios de comunicación.
También agradeció el trabajo realizado por los medios en las últimas semanas: "Gracias a su trabajo, por varias semanas la atención del mundo se centró en la Basílica de San Pedro y en el Palacio Apostólico, donde mi inolvidable predecesor cerró serenamente su existencia terrenal", dijo.
Sin embargo Benedicto XVI despertó el enojo de una buena parte de los periodistas hispanoparlantes, al pronunciar su discurso únicamente en italiano, inglés, francés y alemán, olvidando que el español es la lengua que hablan la mitad de los católicos de la Tierra.