Ministros de Finanzas europeos contra las crisis financieras
18 de enero de 2008Las cuatro principales economías de la Unión Europea han configurado un paquete de medidas con las que minimizar las consecuencias de la crisis hipotecaria estadounidense y, pensando en el futuro, evitar que turbulencias como las que vive hoy el mercado financiero norteamericano puedan alcanzar a Europa.
El acuerdo lo daba a conocer Alistair Darling, ministro de Finanzas británico, en una entrevista publicada en diversos diarios, después de un encuentro en París con su colega francesa, Christine Lagarde, y sus homólogos alemán, Peer Steinbrück, e italiano, Tommaso Padoa-Schioppa.
El próximo día 29, el plan será presentado ante los cuatro jefes de Estado y de gobierno europeos miembros del G-7 en una reunión que se celebrará en Londres, preludio de la que sentará en torno a una misma mesa el nueve de febrero en Tokio a todo el G-7 y a los jefes de los principales bancos centrales.
FMI, agencias de rating y bancos
Básicamente, la idea de los ministros europeos consiste en reforzar el papel del Fondo Monetario Internacional (FMI) como previsor de este tipo de crisis, exigir de los bancos más claridad y redefinir las obligaciones de las agencias de rating, cuya responsabilidad en la situación actual aún debe ser aclarada, recordó Darling, al ser ellas las encargadas de valorar la solvencia de unos complejos instrumentos de crédito que a posteriori resultaron ser excesivamente arriesgados.
A los bancos, el ministro de Finanzas británico les pide más transparencia, sobre todo en lo referente a las actividades que llevan a cabo fuera de los balances, algo con lo que Steinbrück debió de estar automáticamente de acuerdo: la especulación excesiva a través de sociedades instrumentales no aparecía registrada en los balances de las entidades financieras alemanas más golpeadas por la crisis.
Además, a los directivos de los bancos les debe quedar claro que también ellos son responsables de los riesgos que corren sus empresas, y que tienen la obligación de supervisar los negocios en los que se embarcan, dice Darling. Como ejemplo, el ministro británico encuentra uno que le toca de cerca: el de Northern Rock. Para cubrir su refinanciación, el banco con sede en el norte de Inglaterra apostó por el mercado de capitales. “Cuando éste se quedó sin liquidez, la directiva carecía de un 'plan B'”, criticó Darling.
Crisis en las finanzas o en el bolsillo
“La situación es seria. Las turbulencias no han acabado aún”, advertía el ministro de Finanzas alemán. Sin embargo, Steinbrück no ve motivos para el pánico: “los datos económicos fundamentales, tanto en Europa como en Alemania, siguen siendo robustos”. Puede que el crecimiento se resienta, pero el mercado laboral germano continuará arrojando resultados “satisfactorios”, predijo el político.
El jefe del Deutsche Bank, Josef Ackermann, se expresó en términos similares a los del ministro y también en Francia son optimistas. “La crisis no ha afectado a la economía real y sus influencia en el mercado financiero europeo es limitada. Sin embargo, cabe decir que amenaza una crisis financiera mundial”, declaró Lagarde, la ministra gala.
Y mientras tanto, los europeos empiezan a preocuparse más por el bolsillo propio que por las turbulencias que llegan pero no afectan. “Por supuesto que le preocupa a uno poco el martirio de los ministros de Finanzas cuando la compra diaria es cada vez más cara y los salarios se estancan”, escribe el diario Dernières Nouvelles d´Alsace de Estrasburgo.
“Lo único que se puede hacer es constatar la realidad y dejar de lado todas las inteligentes explicaciones que apuntan al alto precio del petróleo, de las materias primas, a la crisis financiera o al peligro de recesión en Estados Unidos. La cesta de la compra lo demuestra claramente: desde que se introdujera el euro, nunca los precios habían subido tanto como en 2007, y el 2008 no se presenta mejor”, añade el rotativo.