Milicias cristianas en Irak
21 de agosto de 2015Las noticias sobre los crímenes de la milicia terrorista Estado Islámico (EI) contra cristianos y fieles de otras religiones no cesan. El grupo extremista sunita ha incendiado iglesias, asesinado, secuestrado o desplazado a decenas de miles de personas. Ahora también los cristianos en Irak renuncian a su sostenida política de no intervención y se organizan en milicias armadas. Quieren recuperar sus pueblos y ciudades. Han dejado de confiar su suerte al Gobierno central de Bagdad o al Gobierno regional kurdo de Erbil.
Según Saad Salloum, politólogo de la Universidad Mustansiriya, en Bagdad, se trata de una tendencia generalizada en la región. Entretanto, en este país en guerra civil, todos recurren a las armas, escribe Salloum en el portal Al-Monitor. Pero las unidades cristianas de autodefensa no son totalmente nuevas en Irak, recuerda Kamal Sido, experto de la alemana Sociedad para los Pueblos Amenazados (GfbV). “Tras la invasión estadounidense en 2003, se hicieron frecuentes los ataques a iglesias”, precisa. Aún no existía el EI pero ya había extremistas atacando templos cristianos y el orden estatal se había quebrado.
Cada vez más amenazados
Unos 1,5 millones de cristianos vivieron una vez en las márgenes del Éufrates y el Tigris. Cientos de miles han huido al extranjero o a otras zonas del país en medio de la interminable guerra civil. Al principio, los que huían de Bagdad o Basora hacia el sur, hallaban refugio en Mosul o la zona de Nínive. Pero allí campea ahora el EI. Muchos han partido hacia Duhok y otras ciudades del norte kurdo. “¿A dónde irán si esas ciudades también son atacadas?”, pregunta Sido.
Pero los cristianos ya no quieren esperar sentados por la próxima catástrofe. No pueden confiar en el débil ejército del Gobierno central. Y muchos tampoco confían en los combatientes Peshmerga kurdos. Desde 2014 han surgido unidades como la “Brigada Babylon”, las “Unidades de Nínive” o “Dwekh Nawsha”, que en arameo significa “inmolarse”. En total, cuentan con varios cientos de efectivos armados.
Muy débiles para pelear solos
Para Salloum, estas milicias tienen tres posibilidades: podrían pelear junto a los kurdos, junto al Gobierno central o intentar conseguir apoyo internacional. Esta última opción parece poco realista, de cara a unas milicias aún muy débiles. Las otras dos opciones, sin embargo, implican mezclarse en la pugna de poder entre el predominantemente chiita Gobierno central de Bagdad y el Gobierno regional kurdo de Erbil. Bagdad quiere ganar control sobre la rica zona petrolera kurda pero los kurdos aspran a mantener su propia administración.
En medio de este panorama, los cristianos se ven divididos. Así, la “Brigada Babylon” se ha aliado a las milicias chiitas. Según Rayan al-Kaldani, uno de sus miembros, el principal objetivo el liberar Mosul. Además, esta milicia ha participado, por ejemplo, en combates por el feudo sunita de Tikrit. Las “Unidades de Nínive” y “Dwekh Nawsha”, por su parte, cooperan con los Peshmerga kurdos.
Pero no solo la pugna entre Bagdad y Erbil es un problema para los cristianos, sino también sus propias divisiones internas, entre las iglesias caldaicas, arameas, asirias y otras muchas. “También entre los cristianos existen muchas diferentes perspectivas, y eso es una tragedia en medio de la lucha contra el EI”, lamenta Sido, quien aboga por la unidad entre cristianos y en todo Irak, y aplaude que los kurdos estén incluyendo cada vez más en su política a las organizaciones cristianas.
Crítica a las milicias confesionales
“Los cristianos iraquíes tienen derecho a la autodefensa”, declaró el patriarca caldaico Louis Sako, en una entrevista con Al-Monitor. Pero las milicias fundadas sobre bases étnicas o religiosas dañarán al país, sostuvo el líder religioso: “Es el Estado quien debería responsabilizarse por la protección y seguridad de sus ciudadanos”.
El politólogo Salloum comparte esta preocupación: si cada grupo se atrinchera en sus propias unidades defensivas, la brecha entre árabes y kurdos, así como entre sunitas, chiitas, cristianos y yazidíes se profundizara cada vez más. Y eso, solo puede beneficiar al EI. También Sido, de la Sociedad para los Pueblos Amenazados, percibe ese riesgo pero no encuentra alternativa a la participación de los cristianos en la lucha contra el EI: “Todos tienen que plantarle cara a esos islamistas”, advierte.