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Miles de brasileños exigen la renuncia de Dilma Rousseff

13 de marzo de 2016

Las principales ciudades de Brasil se llenaron de manifestantes descontentos con la crisis política y económica que atraviesa su país.

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Las protestas de este domingo podrían influir en la decisión del Congreso para que inicie un juicio político contra la presidenta.
Las protestas de este domingo podrían influir en la decisión del Congreso para que inicie un juicio político contra la presidenta.Imagen: picture-alliance/dpa/P. Fonseca

Miles de brasileños salieron este domingo (13.03.2016) a las calles a manifestar su descontento por los escándalos de corrupción que tienen sumido a Brasil en una crisis política y económica. Los protestantes que ocuparon las calles de las principales ciudades del país exigen la renuncia de la presidenta Dilma Rousseff con pancartas y gritos en una jornada donde los muñecos inflables y máscaras del exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva se repiten entre los manifestantes, esto después de que fiscales estatales de Sao Paulo pidieron el arresto del mentor político y predecesor de Rousseff por cargos de lavado de dinero.

Las manifestaciones se suman a una ola de movilizaciones contra el Gobierno que perdieron impulso a fines del año pasado, pero que podrían recuperar fuerza a medida que una masiva investigación por corrupción se acerca al círculo íntimo de Rousseff. La magnitud de las protestas de hoy podría convencer al Congreso que apoye el proceso de juicio político iniciado contra la mandataria de izquierda. Rousseff es culpada por muchos en Brasil del hundimiento de la mayor economía de América Latina en su peor recesión en al menos 25 años.

Dilma Fuera

En la capital, Brasilia, la manifestación se desarrolló pacíficamente con los asistentes prácticamente uniformados con camisetas de la selección de fútbol de ese país y con pancartas en las que se lee “Dilma fuera” y “Juicio político ahora”.

Otra postal que destacó en la jornada fue un muñeco gigante bautizado como “pixuleco” que representa a Lula vestido con el típico traje a rayas de presidiario y encadenado a una bola con la leyenda “Operación Lavado de Autos”, el nombre de la investigación de corrupción centrada en la compañía estatal Petrobras. A los muñecos de Lula se sumaron otros que representan a Rousseff con una nariz de Pinocho larguísima y, en algunos casos, como en la ciudad amazónica de Belén, ambos fueron paseados por manifestantes dentro de una suerte de carroza-cárcel.

Aún no hay cifras oficiales, pero las autoridades esperan que las manifestaciones sean tan numerosas como las de marzo de 2015, que reunieron a cerca de un millón de personas.

MN (Reuters, efe)