Migrantes: el rostro humano de la globalización
18 de diciembre de 2008
“Pese a que la crisis económica sigue su curso y no se sabe con claridad la dimensión de las consecuencias, sería contraproducente que los gobiernos de los países industrializados cerraran sus fronteras a los migrantes. Muchos de ellos son necesitados en puestos de trabajo que los ciudadanos de los países ricos, o no pueden, o no quieren tomar”, dijo el director general de la Organización Internacional para la Migración (IOM según sus siglas en inglés), William Lacy Swing, con motivo del Día Internacional del Migrante.
Más de 200 millones de personas viven y trabajan fuera de su país de origen. Esto es una consecuencia de la globalización con efectos desiguales en donde los más beneficiados son los países ricos. La palabra “migrante” ha adquirido con el tiempo una connotación despectiva; alude a personas sin derechos, ciudadanos de segunda clase, fácilmente sustituibles en sus puestos de trabajo.
La falta de perspectivas en su propio país, el hambre, la pobreza, las catástrofes naturales y las guerras, provocan una situación de miseria social y son el detonador de olas migratorias de personas que buscan un mejor futuro para sí y sus familias.
Arriesgado viaje al “primer mundo”
Los mejores salarios en los países ricos, la brecha salarial entre países industrializados y en desarrollo es la causa de un creciente flujo migratorio de sur a norte. El precio a pagar es alto. No sólo el costo emocional por dejar atrás las raíces propias, la familia y el propio idioma; la mayoría de los migrantes se juegan la vida en el arriesgado viaje al “primer mundo”.
Según la organización “Fortress Europe” durante los últimos 20 años han muerto 13.287 personas a lo largo de las fronteras europeas, de los cuales más de 5 mil han desaparecido en el mar. Para llegar al Mediterráneo, al menos 1.594 personas han muerto por deshidratación, otras 299 personas han muerto por asfixia al viajar escondidos en camiones, o por accidentes ocurridos en trayectos hacia algún país de Europa occidental. Las amenazas que acechan al migrante son múltiples. En la frontera entre Grecia y Turquía, por ejemplo, los migrantes mueren al pisar minas antipersonas.
La mitad de los migrantes son mujeres
Según el Instituto Internacional de Investigación y Capacitación de Naciones Unidas para la Promoción de la Mujer (Instraw, según sus siglas en inglés), la mitad de los migrantes en el mundo son mujeres. En un reporte presentado la víspera del Día del Migrante, el instituto señala que durante los últimos 40 años cada vez más mujeres emigran en busca de trabajo. Instraw advierte que como resultado de las políticas neoliberales aplicadas en los países pobres, ha aumentado la pobreza, lo cual ha obligado a las mujeres a integrarse al mercado laboral local e internacional.
Por su parte, la Organización Mundial del Trabajo (OIT), rindió un tributo a los trabajadores migrantes, “que han dejado sus hogares y comunidades en busca de trabajo y de mejores oportunidades en otras partes del mundo para garantizar el sustento de sus familias y comunidades. A pesar de que a menudo no se les de el reconocimiento que se merecen, esos hombres y mujeres contribuyen enormemente al crecimiento y desarrollo tanto de sus países de acogida como de sus comunidades de origen”, dice un comunicado firmado por el director de la organización, el chileno Juan Somavia.
La organización, miembro del sistema de Naciones Unidas, coincide en destacar que, aunque todavía no se ha hecho sentir el pleno impacto de la crisis sobre los trabajadores migrantes, “vemos por doquier noticias de despidos directos, un empeoramiento de las condiciones de trabajo, incluso con recortes salariales, un aumento del número de migrantes que regresan a su lugar de origen y una reducción del flujo de inmigrantes admitidos”.
La migración es la respuesta
Sin embargo las proyecciones demográficas apuntan a que hacia el año 2050, la mayoría de los países industrializados tendrá una demanda de fuerza laboral que no podrá atender con sus propios recursos debido a la baja tasa de natalidad y el envejecimiento de la población. La migración es la respuesta. La Organización Internacional para la Migración exhorta a los países industrializados a que no cierren sus puertas, lo que obligaría a los migrantes a buscar la entrada a esos países por la vía ilegal. El Banco Mundial estima que las remesas en el 2009 serán menores al total que enviaron los migrantes a sus comunidades este año, que son estimadas por el organismo mundial en 283.000 millones de dólares.