¿"Mi lucha" para estudiantes?
22 de diciembre de 2015Desde 1945 no puede publicarse en Alemania el libro de Adolf Hitler “Mi lucha“. En 2016, sin embargo, expiran los derechos de autor que impedían una reimpresión de la polémica obra del líder nazi. El Institut für Zeitgeschichte (IfZ) en Múnich planea sacar a la luz una edición comentada del libro, en el que Hitler plantea su ideología y presenta su desprecio por los judíos. Al respecto DW conversó con Josef Kraus, presidente de la Asociación Alemana de Profesores.
DW: Señor Kraus, ¿por qué tendrían que leer los escolares un libro como “Mi lucha”?
Josef Kraus: Yo no soy en absoluto de la idea de que todo ese panfleto tenga que ser leído en la escuela. Lo que yo he recomendado es que en los cursos superiores se lean fragmentos del libro. Yo les prometo que se puede inmunizar a los jóvenes, hacerlos resistentes a los extremismos, cuando se les muestra cómo se preparó ideológicamente la catástrofe y los asesinatos en masa que tuvimos en la historia alemana entre 1933 y 1945. De esta forma se puede apelar al principio de "resistencia desde los comienzos". Por desgracia, no solo en Alemania, sino también en otros países, podremos encontrar a algunos dementes peligrosos que desean movilizarse contra etnias y grupos religiosos.
¿No cree que un estudiante de 16 años es todavía muy influenciable y que la lectura de "Mi lucha" podría tener un efecto indeseado?
Eso depende del profesionalismo y de la habilidad pedagógica del profesor. Y yo me fío de nuestros profesores, especialmente de los que enseñan Historia y Política y Ética y Religión. Por supuesto, es un tema sensible que es parte importante de nuestras clases de historia. Me encantaría que cada estudiante en Alemania, cada joven de 16, 17 o 18 años visitara, al menos una vez antes de abandonar la escuela, un campo de concentración y debatiera sobre el tema. No debe sobredimensionarse la propuesta de analizar “Mi lucha” en las escuelas. Yo me imagino que se podrían discutir dos o tres extractos durante dos o tres horas, integrados en una visión diferenciada del nacionalsocialismo.
¿Qué extractos del libro tiene en mente?
El libro tendrá una tirada de 4.000 ejemplares a un precio de 60 euros. Yo recomiendo a los 16 ministros de Educación del país que encarguen una versión especial, donde en 50, 60, 80 páginas se destaquen textos específicos, con fuentes y referencias cruzadas. Para los estudiantes, eso sería de mucha ayuda. Sería de especial importancia que se hablara de las partes del libro donde se expresa el odio a los judíos o donde Hitler claramente demuestra que tenía una gran guerra en mente.
¿No sería eso peligroso, especialmente en tiempos donde el populismo de derecha, así como el extremismo, se han visto fortalecidos?
Sería más peligroso si este libro simplemente se deja morir o se prohíbe, porque en la actualidad tenemos acceso a todo por internet. Por eso mismo creo que es tan importante que esto se converse en la escuela, bajo el manto de una mirada crítica y diferenciada. Ya sabemos, debido a otras obras prohibidas en la historia, que lo que está vetado genera una curiosidad especial, y los expertos pierden la posibilidad de influir en la comprensión de estas obras.
¿Y los judíos que viven en Alemania, no deberían sentirse ofendidos?
Conozco a muchos judíos, entre ellos el presidente del Consejo Central de los Judíos en Alemania, que podrían presentar esta edición. La antigua presidenta, la señora (Charlotte) Knoblauch, estaba en contra de una edición comentada, pero había otros muchos a favor. Esto se puede discutir, claro. Yo creo que el interés de nuestros conciudadanos judíos de que hagamos frente a esta parte de la historia alemana es alto. Y esto no tiene que ver ni con propaganda ni con nostalgia, sino con inmunizar a nuestra juventud contra esta clase de extremismos. Y, por supuesto, me gustaría que los judíos contribuyan en este proceso y que, por ejemplo, sean invitados a asistir a estas clases.
Josef Kraus es, desde 1987, presidente de la Asociación Alemana de Profesores, del que forman parte cerca de 160.000 educadores en todo el país.