1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

Metas difusas y utópicas

5 de septiembre de 2002

La cumbre sobre desarrollo sostenible, celebrada en Johannesburgo, dejó un sabor a decepción, sobre todo en los ecologistas. Diversos periódicos europeos dedican sus comentarios a analizar las causas del magro resultado.

https://p.dw.com/p/2cMP
Protestas contra Estados Unidos, al cierre de la Cumbre de la Tierra.Imagen: AP

The Times, de Londres, califica de utópicos los objetivos que se perseguían y escribe: "El problema radica tanto en las Naciones Unidas como en aquéllos que diluyeron los compromisos o regatearon en cuanto a las metas, hasta reducirlas a la insignificancia. Jamás fue realista plantear una agenda tan amplia, o relacionar objetivos específicos, como el acceso al agua potable, con temas más bien generales como las emisiones de dióxido de carbono, la deforestación o el consumo de energía. El desarrollo sostenible efectivamente tiene que ver con la ecología global pero, cuando se ligan ambas cosas en metas difusas y esperanzas utópicas, ello no conduce ni a éxitos diplomáticos ni a compromisos financieros".

Concepto elástico

También Le Monde, de París, considera que la cumbre estuvo mal planteada y opina: "Poco a poco queda en evidencia que hubo, desde el comienzo, una error metódico. El concepto del desarrollo sostenible es tan elástico que invita a adquirir compromisos sin consecuencias. Por otro lado, la ONU es un marco demasiado amplio para poder regular todo. Los problemas deben seleccionarse mejor... Todo tiene que tener contornos más definidos y conducir a resultados cuantificables".

Freno estadounidense

El periódico Financial Times, en su edición alemana, coincide con estas apreciaciones, pero también subraya el papel de Estados Unidos, que frenó muchos acuerdos en la cumbre: "Es importante mantener claridad respecto a cuáles son las situaciones en las que el crecimiento y la defensa del medio ambiente se potencian mutuamente, y cuáles son los puntos en los que se contraponen. Pero Johannesburgo también demostró otra cosa: los avances son difíciles cuando Washington se margina. Europa debe llevar a cabo una política que genere presión en pro de la ecología dentro del propio Estados Unidos. ¿Cómo hacerlo? La Unión Europea podría aprender del proceder estadounidense en la lucha contra el agujero de la capa de ozono, en los años 80. En ese entonces, Washington apoyó a científicos y ecologistas en Europa, para convencer aquí a los gobiernos escépticos".

La vergüenza europea

En Bonn, el periódico General Anzeiger comenta que la voz de Alemania es demasiado débil para hacerse escuchar por sí sola. En este contexto apunta: "Los europeos sólo tienen posibilidades si actúan unidos en el escenario internacional. Es una vergüenza que no lo hayan conseguido en un asunto tan importante para la lucha contra la pobreza como la reducción de las subvenciones agrarias. Se requiere un alto grado de hipocresía para que justamente el presidente de Francia, Jacques Chirac -que en este punto hizo causa común con Estados Unidos para bloquear acuerdos- definiera la cumbre como un "encuentro del hombre con su destino". Semejantes hipocresías y las luchas de trinchera entre el norte y el sur impidieron lograr un mejor resultado en Johannesburgo".