Messi: una "superestrella milenial" en apuros
31 de marzo de 2017El astro argentino Lionel Messi se hizo acreedor a una suspensión de cuatro partidos por la forma en la que se dirigió al árbitro después del encuentro sostenido entre la albiceleste y la selección de Chile. Su ausencia pesó en el partido contra Bolivia, ante quienes cayeron por dos goles a cero.
FIFA suspende a Messi por cuatro partidos
Messi: ¿un campeón incompleto?
La sanción sorprendió a propios y extraños. De parte de los que la consideraban justa, porque Lionel parecía intocable. Y del lado de los que la ven como injusta, porque para ellos Lionel aparentemente debería ser intocable.
La crucifixión de la superestrella
Las protestas de buena parte de la hinchada argentina no se hicieron esperar. En Facebook podían encontrarse mensajes de desaprobación, algunos asegurando que la FIFA orquesta un complot en contra del combinado argentino. Se editó incluso un video en el que se muestran errores garrafales de parte del máximo organismo rector del balompié, en los que, sin embargo, no podía verse ninguna de las ocasiones en las que la propia Argentina ha sido favorecida por los errores de los hombres de negro. Ni siquiera "la mano de Dios”.
De parte del mismo Barcelona se hicieron declaraciones en contra de esta decisión, cuando los clubes poco o nada deberían opinar sobre lo que pase a nivel de selecciones. Cuando además, el Barcelona, igual que el real Madrid y la mayoría de equipos grandes, suelen resultar favorecidos por los cuerpos colegiados.
Lo más absurdo del asunto -acoto para aquellos que se perdieron el encuentro que originó toda esta polémica- es que ese mismo árbitro que condenan, le regaló un penal a Di María, que de forma antideportiva se tiró en el área de Chile buscando justamente que les hicieran un regalito para poder llevarse los tres puntos a la bolsa.
El fútbol en tiempos de los "mileniales”
Esta semana leía en uno de los principales diarios de Inglaterra un artículo sobre los problemas que sufre la nueva generación para adaptarse en el ámbito laboral. "Los padres le han hecho mucho daño a esta generación de niños al regalarles una medalla incluso cuando llegaban en último lugar”. Según su autor, esta camada de jóvenes adultos no fue educada para aceptar sus errores y, por ende, a respetar ningún tipo de autoridad.
Aparentemente, nadie quiere hacerse cargo de sus fallos. Pareciera que nos hemos contagiado todos del milenialismo y en vez de buscar aprender de nuestros desencuentros, nos frustramos si el "destino” es injusto. Le señalamos a la autoridad sus propios cálculos equivocados para justificarnos y no aceptamos nunca que merecíamos una reprimenda.
No hacer leña del Messi caído
Es fácil criticar sentado cómodamente sentado detrás de un escritorio a Messi, que haberse arriesgado y consagrado a una vida de lucha y de sacrificio, propia no solo de él, sino de todo jugador profesional.
Es más fácil aún echarle en cara a Lio que es un maleducado por arriesgar la clasificación de Argentina al mundial. Casi igual de sencillo que justificarlo por el calor del momento. Pero a la afición, al periodismo deportivo y a los clubes nos toca hacernos cargo de nuestras acciones y aprender a aceptar una situación que no nos conviene. Solo así se gana madurez. Solo así se aprende. Solo así se crece.
Mi intención no es hacer leña del Messi caído. Solo recordar que a veces hay que aprender a aceptar un castigo… por nuestro propio bien. A saber que la vida no es justa. Tampoco el fútbol, porque a veces se nos quita injustamente, como a veces se nos da también injustificadamente.
Israel Dehesa (CP)