Merkel: viaje cargado de expectativas
12 de enero de 2006Amplias son las expectativas que se cifran en la primera visita de la flamante jefa de gobierno alemana Estados Unidos. Una visita que, según algunos analistas, podría marcar una nueva etapa en las relaciones bilaterales, después de los roces que provocó la negativa del gobierno de Gerhard Schröder a secundar la intervención en Irak.
Deseos alemanes
Las esperanzas de que la entrevista transcurra en una atmósfera amistosa y abierta, manifestadas por la canciller antes de emprender el vuelo, seguramente se cumplirán. Pero no es probable que Angela Merkel logre satisfacer todos los deseos alemanes en lo tocante a asuntos delicados como el de Guantánamo. Aun a sabiendas de que las entrevistas como la que sostendrá el viernes con el presidente George W. Bush no son las más apropiadas para poner el dedo en la llaga, el vicepresidente del parlamento germano federal, Wolfgang Thierse, alentó a la gobernante a abordar el tema. "Desearía que la Sra. Merkel se muestre valiente ante el gran amigo, expresando en conversación directa con Bush lo que antes dijo cautelosamente en Alemania: que Guatánamo no puede ser algo permanente", indicó Thierse en una entrevista. También el presidente de la Comisión alemana de "Justicia y Paz", el obispo Reihard Marx, de Tréveris, exhortó a la canciller a dejar claro en Washington que los derechos humanos también deben ser respetados en la lucha contra el terrorismo.
Lo que se espera en Washington
Al otro lado del Atlántico también se espera con interés el diálogo con Merkel. En opinión del embajador alemán en Washington, Wolfgang Ischinger, las expectativas estadounidenses son muy positivas. "Pienso que esta visita será un hito al comienzo del año 2006, para dar nuevo impulso a las relaciones germano-norteamericanas", indicó.
El director del Instituto Americano de Estudios Alemanes, Jackson Janes, destacó a su vez los puntos de convergencia entre Washington y Berlín. "Ambos tenemos justificado interés en la paz del Medio oriente, en el trato que se de a la creciente potencia económica que es China, en nuestro futuro abastecimiento energético y también en las relaciones con Rusia", señaló. Todo ello hace imprescindible, a su juicio, una estrecha coordinación. Por su parte, el ex embajador estadounidense en Alemania, Richard Burt, apuntó a las cuestiones de fondo. En su opinión, "la principal pregunta que se plantea para Bush y sus asesores es en qué medida está Alemania dispuesta a asumir un papel de liderazgo, en Europa y en la alianza transatlántica".