Merkel, la bella
26 de octubre de 2005En la época en que el ex canciller alemán Helmut Kohl la llamaba "mi niña", el muro de Berlín acababa de caer y Angela Merkel era una recién llegada en el parlamento alemán. Con su peinado a lo paje y su ropa anticuada, Merkel estaba lejos de sacar lo mejor de sí misma.
Mientras estuvo a la sombra de Kohl, a nadie le preocupó el aspecto de Merkel. Pero cuando comenzó la carrera por la cancillería, no se hablaba de otra cosa: Alemania iba camino de tener la primera canciller de su historia, y la primera iba a ser la mujer más fea de Alemania. El cambio ha sido sorprendente, rejuvenecida y elegante, Merkel será nombrada jefa del gobierno alemán el próximo 22 de noviembre.
El traje del éxito
El elegante traje de chaqueta, oscuro, de corte femenino y entallado, que vistió Merkel en el debate televisivo contra el canciller Gehard Schröder durante la campaña electoral del pasado septiembre, fue confeccionado por la famosa modista alemana Bettina Schönbach.
Los tres botones blancos de la chaqueta de Merkel delataron a Schönbach, ya que son uno de los símbolos de sus creaciones. La diseñadora ha estudiado en París y Nueva York y viste a diversos personajes de la vida pública alemana, entre ellos a la presentadora del programa de contenido político Sabine Christiansen.
En el debate, Merkel apareció físicamente espléndida. Puesto que el duelo no dio un claro vencedor, una de las cosas más comentadas fue la transformación de la candidata democristiana. "A Bettina Schönbach le gusta trabajar con colores básicos y elegantes. Pero en el traje que creó para Merkel no era tan importante el tono, como el hecho de que tenía que ser noble y transmitir eficacia y seriedad", dijo a DW-WORLD Verena Gorris, portavoz de Schönbach.
El teléfono de Bettina Schönbach no para de sonar estos días, porque se ha filtrado la noticia de que Merkel podría estar tan contenta con su nuevo look, que Schönbach se convertiría en diseñadora permanente de la nueva canciller. Puesto que Merkel no se ha pronunciado públicamente sobre el tema, nadie quiere decir nada al respecto en el taller de la modista.
La batalla de la imagen
Al canciller mediático Gehard Schröder no es fácil vencerlo en su terreno: la imagen. Schröder es campechano, es simpático, es divertido. Sabe cuándo tiene que ponerse serio y cuando puede soltar el chiste que lleva preparado. Y siempre aparece impecable. Incluso tuvo un encontronazo hace unos años con una periodista que insinuó que el canciller se teñía las canas.
Merkel ha aprendido a sonreír y mostrarse un poco más suelta ante la cámara. E incluso, parece más feliz. Destruir su fama de mujer de hierro, de alemana del este fría y sin sentido del humor, ha sido desde luego uno de los trabajos más duros que ha tenido que gestar para ganarse el puesto de canciller. Y la verdad, no se puede hacer otra cosa más que elogiar a sus asesores.
Ahora Merkel no sólo es canciller, sino más guapa que hace unos meses. La prensa alemana se pregunta ahora ¿embellece el poder?