“Merkel habría sido más flexible con Cataluña”
8 de octubre de 2017¿Imaginaba que el conflicto catalán iba a escalar hasta el punto actual?
Todo aquel que haya leído la prensa con detenimiento en los últimos meses suponía que, si ninguna de las dos partes cedía en sus puntos maximalistas, se iba a producir este choque.
¿Cómo valora usted la actuación de las fuerzas de seguridad el pasado 1 de octubre?
Creo que el Gobierno central no esperaba que las cosas escalaran de tal manera que de verdad tuviera que intervenir la Policía violentamente para impedir el voto. No pensaron que de verdad la sociedad catalana iba a insistir en querer entrar en los locales. De acuerdo con la ley, la Policía hizo lo que tenía que hacer. Ahora bien, hay que preguntarse si esa era la forma adecuada de actuar. Yo creo que la intervención fue exagerada, porque la han sufrido incluso niños y ancianos en un Estado democrático solo por tratar de entregar un voto.
¿Cometió ahí el Gobierno central un error de cálculo?
Sí, pero también fue un error del Gobierno catalán, que estaba convencido de que poner urnas y decir a la gente que fuera votar no conllevaría ningún tipo de violencia. Ellos creían que iba a ser una fiesta popular, pensaban que la Policía española iba a actuar como actuaron los Mossos, es decir, poniéndose delante de los locales, pero sin ejercer fuerza física.
¿Es una torpeza por parte del Estado español haber permitido que se produzcan unas imágenes que ponen a parte de la comunidad internacional a favor de la causa catalana?
Indudablemente. Pero es uno más de los muchos errores cometidos en los últimos meses, en los que el Gobierno central ha insistido en su discurso y el catalán en el suyo. Para mí es incomprensible que hayan creído que el 1 de octubre el Gobierno catalán actuaría de forma distinta al 28 o 29 de septiembre. El resultado son las imágenes impactantes que hablan a favor de la causa catalana.
Una parte de los ciudadanos acusa a Rajoy de falta de diálogo y otra parte le reprocha haber permanecido inactivo durante mucho tiempo. ¿Qué cree que hubiera hecho Merkel en la situación de Rajoy?
Bueno, eso es un ejercicio de historia-ficción… Yo creo que uno de los errores de Rajoy ha sido atrincherarse en el aspecto legal. No ha actuado porque ha dicho: "La Constitución, las leyes, el Estatuto de autonomía están de mi lado”. Pero un político tiene que hacer política y no fiarse únicamente del Derecho, por mucho derecho que le asista.
Creo que, en el aspecto politico, Merkel habría sido mucho más flexible con Cataluña. El partido CDU-CSU es mucho más vivo, más belicoso contra Merkel que el Partido Popular contra Rajoy. No obstante, la canciller ha conseguido durante los últimos doce años controlar, aplacar, hablar con el adversario en su propio campo. La CSU está en cierta manera enfrentada a la CDU, pero no se atreve a romper y declararse un partido completamente independiente. Ese peligro acechaba, pero Merkel logró esquivarlo, ha sido capaz de hacer política.
En una situación como la de Rajoy, la canciller también habría aplicado la ley con rigor, pero además hubiera dialogado. La CDU sabe que, con alguna excepción, es un partido que tiene que formar coaliciones. Rajoy, por su parte, gobernó primero con mayoría absoluta. Ahora está en minoría, pero sabe que, al mismo tiempo, la oposición es tan débil porque no se pone de acuerdo, que él no corre peligro de que lo puedan echar. Por eso se siente prepotente, seguro en su posición y no ve la necesidad de dialogar con nadie, ni con la oposición en el Parlamento ni con los catalanes, que están haciendo algo que legalmente no pueden hacer. Rajoy no trasciende ese punto legal.
La palabra "diálogo” está en boca de todos, pero... ¿en qué condiciones sería posible actualmente?
Se ha llegado a un punto de no retorno, en el cual no es posible un diálogo que, en cualquier caso, es un término muy suave. Porque en el momento actual habría que llevar a cabo negociaciones durísimas. Si se hubieran iniciado con la marea de las Diadas masivas, el Gobierno español hubiera afrontado las reinvindicaciones catalanas de entonces, que se referían a las finanzas, a los impuestos…
Es una problemática que tenemos en otros países. En Alemania hay una lucha continua entre quienes son pagadores netos en nuestro sistema financiero de transferencias de un Bundesland a otro. Actualmente, ya no se trata de apaciguar el deseo catalán de más justicia financiera, sino que las reivindicaciones han ido mucho más allá. Si la meta final es la independencia, lo único que se puede conseguir en unas hipotéticas negociaciones es tranquilizar a los catalanes y llegar a una solución momentánea. Llegar a un entendimiento sobre las finanzas, sobre el hecho de que en el preámbulo del nuevo Estatut de autonomía aparezca la palabra "nación”, ceder en la pretensión catalana de que en un futuro se pueda volver a hablar sobre la meta final de la independencia de Cataluña, pero que, en este momento, la postergamos.
De esta manera, los dos lados podrían guardar la imagen. El Estado español podría decir que ha conseguido que Cataluña no se declare independiente y Cataluña puede decir que ha dejado claro que su meta última es la independencia.
El Tribunal Constitucional alemán falló en su día en contra de la celebración de un referéndum de independencia de Baviera exactamente por la misma razón por la que la Constitución española no permite un referéndum en España. Los bávaros que desean una votación de este tipo son una minoría insignificante, pero ¿cómo cree que hubiera actuado Merkel si ese apoyo fuera significativo, como es el caso de Cataluña? ¿Habría permitido la canciller el referéndum?
Creo que se hubiera podido encontrar en España una solución jurídica para celebrar un referéndum pactado. Sobre el argumento de los centralistas de que, tras Cataluña, vendrían todos queriendo celebrar referéndums, podemos decir que, bueno, tal vez vendrían algunos, pero lo que las encuestas nos dicen en el País Vasco, por ejemplo, es que no habría mayoría para la independencia. Realmente ese sería el único caso realmente peligroso para el Estado español.
Creo que si un porcentaje significativo de los bávaros insistiera en que desea votar, Merkel acabaría permitiéndolo. Baviera se autodenominó nación hasta finales del siglo XIX, ha sido un reino independiente hasta 1871 y luego siguió habiendo rey de Baviera hasta finales de la Primera Guerra Mundial. Todo eso está mucho más cercano que en el caso de Cataluña y mucho más justificado históricamente. Si no, ¿cuál sería la alternativa? ¿Una sociedad dividida, alteraciones del orden público, violencia policial, odio de una parte a otra?
Si esa es la alternativa, ¿por qué no permitir una votación de ese tipo, de la que probablemente saldría que la mayoría de los bávaros se quedarían en Alemania? Hay otras Constituciones que lo permiten, como la de Canadá, donde ese referéndum ha tenido lugar y no ha pasado nada. Si llega a separarse, hubieran permanecido lazos muy estrechos entre Quebec y el resto de Canadá. No es tan grave, hay Estados que surgen y Estados que desaparecen, ¿por qué no también en el siglo XXI?
Por último, ¿cree que Puigdemont va a hacer próximamente una declaración de independencia?
Realmente yo no creo que Puigdemont vaya al Parlament catalán y declare solemnemente la independencia de Cataluña del Estado español, porque incluso dentro de su propio partido se está diciendo que esto tendría consecuencias muy graves, algo que todo el mundo ya sabía. Por eso digo que Puigdemont es un político tan malo como Rajoy, porque todo esto no es nuevo, pero parece que es ahora cuando se da cuenta. Bancos y empresas que se van, otras que se lo están pensando, la clasificación crediticia de Cataluña cae… Él tiene que pensar, si de verdad es un buen politico, que las consecuencias serían desastrosas para Cataluña.
Por eso pienso que tal vez diga algo así como que "hemos avanzado sensiblemente en nuestra meta, que sigue siendo la independencia de Cataluña, y la conseguiremos. Ahora empezamos con negociaciones serias con el Estado español para ver cómo lo logramos”. Eso significa que se trata de una independencia en diferido, que puede tardar un año, tres años e incluso no producirse nunca. En Cataluña habrá de nuevo elecciones y ya se verá qué partido alcanza mayoría para gobernar la región.
Autora: María Santacecilia (EAL)