Merkel en Bundestag: ¿Cuándo abandonar Afganistán?
8 de septiembre de 2009Cinco días después del bombardeo en el norte de Afganistán que causó un número aún no determinado de víctimas entre la población civil, la canciller alemana, Angela Merkel, compareció a un debate ante el Bundestag, el Parlamento Alemán.
Las tropas alemanas no ejecutaron el bombardeo, pero lo solicitaron a las fuerzas ISAF de la OTAN. Las circunstancias en que ocurrió esto no están claras. A ninguno de esos puntos se refirió la líder alemana, quien se condolió de las víctimas pero rechazó “toda crítica y sentencia apresurada tanto de dentro como de fuera del país”. De esta manera, Merkel rechazó las críticas vertidas por la oposición política interna, pero también de altos funcionarios de países aliados.
En el ataque aéreo del viernes pasado contra dos camiones cisterna cargados de gasolina murieron por lo menos 56 personas, en su mayoría rebeldes talibanes, según las informaciones difundidas por el Ministerio de Defensa alemán. Según un informe de la OTAN divulgado cinco días después por la televisora alemana ZDF, el ataque dejó entre 70 y 78 muertos, “con muy alta probabilidad de que haya muchas víctimas civiles”, añade el reporte.
En su alocución, solicitada por los partidos de oposición, la canciller defendió la presencia militar alemana en Afganistán, aduciendo que sirve a los intereses de seguridad del país. “No hay que olvidar”, dijo la canciller, “que los terroristas que operaron en los atentados del 11 de septiembre de 2001 fueron formados en Afganistán”. Recordó también los atentados de Madrid y Londres y los que pudieron ser evitados en Alemania.
Junto con Francia y Gran Bretaña, Alemania delineará en el curso de este año una estrategia para abandonar el país paulatinamente en cinco años, “de entrega de responsabilidades para que "en los próximos cinco años se logren avances sustanciales y cualificados" que permitan una reducción paulatina de las tropas internacionales, aseguró Merkel.
DEUTSCHE WELLE conversó respecto a lo dicho en el debate con el catedrático Jochen Hippler, politólogo investigador del Instituto para Desarrollo y Paz de la Universidad de Duisburgo-Essen, especialista en la región.
DEUTSCHE WELLE: Cinco días después de los criticados ataques aéreos la canciller Merkel comparece ante el Bundestag y apenas hoy se reconoce oficialmente que hubo víctimas civiles…
Jochen Hippler: Fue un gran error que se haya ocultado tantos días el hecho de que hubo víctimas civiles y que apenas de varios días se diga la verdad. Eso hace más difícil la situación en Afganistán; daña la imagen de Alemania y dificultará una entrega ordenada de las responsabilidades.
La canciller alemana habló, en defensa de la presencia alemana en la región, de la confianza que existe entre la población. Usted que conoce a fondo la región, ¿cómo calificaría este grado de confianza?
En los últimos años la confianza de la población afgana hacia Alemania ha cambiado, para peor. Hasta hace algunos años Alemania era vista en Afganistán y Pakistán como un país amigo; el Ejército alemán era bien visto. Entre tanto, se lo ve más bien como tropas de asistencia de las de Estados Unidos. Ha habido casos en que civiles afganos han sido heridos por soldados alemanes y eso no es bueno para la reputación aunque en veces anteriores se reaccionó de manera más inteligente y se pidió disculpas. Y ahora este catastrófico ataque aéreo que dañará aún más la reputación de Alemania.
Que el ministro alemán de Defensa no haya comparecido en el lugar de los hechos y que no haya pedido disculpas ha hecho el asunto peor. Así también lo resaltó el líder de Los Verdes, Jürgen Trittin. ¿Hubiese cambiado algo que el ministro Jung se disculpara?
Por supuesto, hubiese sido muy importante. En Afganistán hay guerra desde finales de la década de los setenta del siglo pasado. Y la gente, lamentablemente, está acostumbrada a que haya víctimas. Si ha sido un incidente involuntario, hay que reaccionar inmediatamente y aceptar la responsabilidad, hay que visitar a los parientes de las víctimas y pagar indemnización. Esto no le devuelve la vida a las personas, pero así por lo menos la gente en Afganistán sabe que este ataque aéreo no fue intencional, sino un error que se lamenta.
Pero si por días se pretende que todas las víctimas fueron talibanes, aunque muchos testigos oculares dcien otra cosa, se ve como una huída de la responsabilidad y se pierde credibilidad. Al escándalo de este ataque sin sentido se suma el escándalo del comportamiento del ministro Jung, que no quería decir la verdad.
La seguridad de Alemania se defiende en Afganistán, repitieron tanto la canciller como el ministro de Defensa Jung…
Creo que no es del todo cierto. Incidentes como este ataque aéreo tienen como efecto empeorar la situación de seguridad en Alemania, no a mejorarla. Originalmente, la idea de ir a Afganistán era demostrar solidaridad con Estados Unidos, después del 11 de septiembre de 2001. No tenía nada que ver con Afganistán. El entonces canciller alemán Gerhard Schröder lo enunció así también ante el Bundestag. Después, una vez en Afganistán se buscó motivos para quedarse y se habló de estabilización y del combate del terrorismo. Ahora ataques cpmo éstos llevarán a que la amenaza sobre Alemania crezca, no que disminuya.
En vista de ello, ¿es mejor dejar Afganistán en un plazo de cinco años como planteó la canciller o inmediatamente como pide cierta parte de la oposición?
Una retirada inmediatamente no sería muy útil. No solucionaría el problema en la región, probablemente incrementaría las tensiones, Pero dar un plazo también es difícil mientras no se sepa de qué hacerlo depender.
Si se da por supuesto que la misión en Afganistán ha fracasado, no tiene sentido esperar cinco años. Una retirada ordenada de las tropas sería mejor. Y si se supone que ha sido un éxito, como asevera el Gobierno alemán, no hay motivo para poner un plazo así.
Mi impresión es que lo que necesitamos una nueva estrategia –de la que se habla mucho pero no existe-, una nueva estrategia cuyo núcleo sea el Estado afgano y que no tenga lo militar como núcleo. Una nueva estrategia que logre que el Gobierno no sea corrupto, no torture a su gente, que participe en el negocio de la droga. Para que la gente en Afganistán pueda apoyar a ese Gobierno y a ese Estado. Apenas cuando exista eso, tendrá sentido apoyarlo militarmente. Pero si se trata de una “Estado narco” –como lo calificó la ministra estadounidense de Exteriores- apoyarlo no es la mejor estrategia independientemente del número de soldados. Aceptar esto y apostar menos por lo militar sería la estrategia apropiada. Y después sí se podría hablar de plazos de retirada. Mientras tanto no hay perspectiva de éxito, y entonces la retirada no debería ser pospuesta.
¿Y es realista, cabe esperar una estrategia así?
Es necesaria. Pero no puedo imaginarme que los europeos y los socios de la OTAN estén en la capacidad de lograrla. Hay ciertos cambios en la estrategia. Desde que subió al poder el presidente Obama se ha hablado cinco veces de una nueva estrategia; el general Cristal también la ha pedido. Y en cierta medida ha mostrado ciertos cambios –menos ataques aéreos y más cuidado con la población civil, por ejemplo. Sin embargo, esta nueva postura sólo se manifesta más bien en la retórica No veo que sea una prioridad.
Autor: Mirra Banchón
Editor: José Ospina Valencia