América Latina: Merkel busca socios
5 de junio de 2017América Latina es como un primo diligente para la política exterior alemana. El subcontinente no causa problemas y en Berlín provoca satisfacción la buena relación bilateral. Pero no se muestran intenciones de intensificarla. Puesto que Estados Unidos pierde interés en lo que alguna vez consideró su "patio trasero", ahora es China la que se procura mayor influencia en la región. Y lo hace con éxito, a través del comercio y masiva inversión directa.
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En comparación, Alemania y la Unión Europea parecen meros espectadores. "La política exterior alemana de los últimos años ha sido impulsada ante todo por las crisis", dice Günther Maihold, de la Fundación Ciencia y Política (SWP), con sede en Berlín. "Y América Latina no tiene que ver con dichas crisis", agrega. Pero esto ha comenzado a cambiar.
Hasta hace poco, estaba claro que se contaba con el apoyo del país más poderoso del mundo. Pero desde la aparición de Donald Trump en la cumbre del G7, tal certeza ya no existe. En vez de ello, parece que el gobierno estadounidense se aleja de la posición alemana y europea en asuntos fundamentales de la política internacional.
Así, cuando la canciller Angela Merkel viaje a Argentina y a México, entre el 8 y el 10 de junio, de ninguna manera cumplirá una visita meramente protocolaria. En el marco de la presidencia alemana del G20, el tema de la gira será el apoyo a una visión del mundo.
Se espera discurso trascendente
"De manera involuntaria, Merkel se ha convertido en defensora del comercio libre", dice Detlef Nolte, director del Instituto de Estudios Latinoamericanos del think-tank GIGA, con sede en Hamburgo. Su misión consistirá en dar un espaldarazo a países considerados una ganancia más que una obligación para los europeos.
Maihold dice que, según fuentes del ministerio alemán de Exteriores, Merkel dará en Argentina un discurso fundamental para la política exterior alemana hacia América Latina. Sería lo adecuado, señala el experto de la SWP. El ministro germano de Asuntos Exteriores entre 2009 y 2013, Guido Westerwelle, entendió que Argentina, México y, sobre todo, Brasil, deberían contribuir masivamente como "potencias de cambio" a la solución de problemas globales como el libre comercio o el cambio climático.
Tardanza bilateral
Pero luego vinieron las crisis financieras. Argentina y Brasil cayeron en recesión, y este último país, además, se sumió en una duradera crisis política. Si el libre comercio hubiera podido evitar dicha recesión, es asunto que aún cabe preguntarse. En todo caso, durante años ninguno de los dos países mostró mucho interés en que las cosas fueran distintas.
Las negociaciones entre Mercosur y la Unión Europea apenas han avanzado desde su inicio, en 1999, a pesar de que ha habido varios intentos por revitalizarlas. Esto no es solo culpa de los sudamericanos, afirma Nolte. "Los Estados del Mercosur quieren exportar sobre todo productos agrícolas, pero esto no es viable con la Unión Europea y por eso se ha fracasado".
México, un caso especial
En cambio, México se ha adecuado desde hace mucho tiempo al comercio mundial. En comparación con otras grandes economías nacionales de América Latina, la mexicana luce eficiente a pesar de los modestos niveles de crecimiento. El país, sin embargo, debe lidiar con sus propios problemas: la criminalidad organizada, la corrupción, la migración y, desde hace poco, la relación con Estados Unidos.
Geográfica y económicamente, México pertenece a América del Norte. Pero también tiene desde 1997 un acuerdo marco con la Unión Europea, en el cual se acordó liberar paulatinamente el libre comercio de ciertos bienes y servicios. Desde hace un año se trabaja en la modernización del acuerdo. Pero aunque México también ha firmado acuerdos similares con numerosos países de América Latina y Asia, el 80 por ciento de sus exportaciones van a Estados Unidos.
¿Parteaguas o fase de transición?
Esto podría cambiar. Si el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aísla a su país del comercio internacional, la economía mexicana exportadora podría venirse abajo sin nuevos mercados. El ministro de Economía, Ildefonso Guajardo, dijo a principios de mayo, luego de un encuentro con la comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström, que la nueva versión del acuerdo comercial mexicano-europeo quedará terminada a fines de 2017. Esto es una muestra de determinación. Pero China también está interesada en intensificar el intercambio de bienes con México. Los costos por unidad salarial ya son más altos en China que en México, subraya Nolte.
Urge posicionarse
"Desde hace mucho, México cultiva expectativas no cumplidas acerca de Alemania, en especial en el sector de cooperación técnico-científica", afirma Maihold. El Año Dual 2016/17, inaugurado hace un año en Berlín por el presidente Enrique Peña Nieto, y el cual Merkel cerrará festivamente, podría ser el primer paso en esta dirección.
En Argentina, un posicionamiento así sería tal vez más importante, si Alemania no quiere dejar el campo libre a otras potencias: Rusia e India han ganado ahí influencia. China participa masivamente en negocios, entre otros, la construcción de dos generadoras hidroeléctricas y otros acuerdos que datan de la era Kirchner. Al presidente Mauricio Macri, en funciones desde finales de 2015, le parece demasiada la influencia china: ha renegociado los viejos acuerdos, pero no los ha dejado sin efecto.
Merkel debería viajar a estos países con la mente abierta, si es que pretende formar una alianza a favor del libre comercio y en contra del proteccionismo de Trump.
Autor: Jan D. Walter (EL/DZC)