Mensaje en cadena llama a derrocar al canciller Schröder
6 de agosto de 2004“Schröder se tiene que ir – aunque quiera o no”, reza el texto del mensaje en cadena. “Con irresponsable testadurez, el canciller mantiene su política de recortes sociales y rompe con los valores fundamentales de la socialdemocracia”, continua el texto. Los miembros del partido deben, según el texto, reunirse “para derribar a Schröder y salvar el SPD”. El correo electrónico fue difundido, según consta el remitente, por una militante del partido en la ciudad de Colonia, considerada representante del ala más izquierdista de la formación.
Las reacciones desde la cúpula del partido fueron agrias. El secretario general del SPD, Klaus Uwe Benneter, acusó de “campaña difamatoria” y “partidista” a los artífices de esa carta. “En el papel se refleja la desilusión de alguien que no pinta y no pintará papel en el partido”, dijo Benneter, y acusó a los autores de la carta de ofrecerse como colaboradores de la oposición.
“Difamación” y “sabotaje”
¿Tanto escándalo por una correo electrónico que supuestamente ni siquiera llegó a la mayoría de los buzones de los propios funcionarios del partido? El nerviosismo en el seno del partido socialdemócrata es notable. Schröder y su SPD se encuentran con la espalda contra la pared. Los constantes rumores sobre una posible remodelación de su gabinete, la imagen desastrosa del partido en las encuestas y los pobres resultados en las últimas elecciones, amargan la vida de un canciller acorralado.
Actualmente, el Partido Socialdemócrata (SPD) de Gerhard Schröder se sitúa en un 26% del favor de los ciudadanos, según el último sondeo del instituto Forsa. En cambio, la Unión Cristianodemócrata (CDU) se mantiene en un 43%. Los socialdemócratas tienen toda la razón de estar nerviosos.
Futuro incierto
En enero de 2005 se celebrarán comicios regionales en Renania del Norte-Westfalia, el estado federal más poblado de Alemania, con unos 16 millones de habitantes. Perder Renania del Norte-Westfalia, feudo tradicional del SPD, supondría que la oposición conservadora ampliaría a dos tercios su mayoría en el Bundesrat, el parlamento de los Estados federados, y podría con ello bloquear prácticamente cualquier decisión del gobierno federal. En ese caso ya no se necesitarán mensajes cadena para derrocar a Gerhard Schröder.