¿Mejor radiación que guerra? - Volver a empezar en Chernóbil
Ambos ucranianos están convencidos de que exponerse al peligro de la radiactividad es mejor que vivir en guerra. Desde que estalló el conflicto del Donbás, más de un millón y medio de personas han huido desde las autoproclamadas República Popular de Donetsk y República Popular de Lugansk hacia otras regiones del país. Algunos desplazados se han instalado precisamente en el lugar que todos evitan: la zona contaminada en torno a Chernóbyl. También Wadym Minsjuk y Jurij Andrejew intentan rehacer sus vidas en el lugar en que se precipitó la nube radiactiva surgida tras el accidente nuclear del 26 de abril de 1986, contaminando con estroncio y cesio campos, bosques y calles. Wadym Minsjuk está levantando su nueva fábrica justo junto a la zona de exclusión que rodea la ciudad fantasma. Funde escoria para obtener metal y ganar suficiente dinero para sustentar a su familia. Antes de la guerra, él y su esposa tenían una empresa exitosa que facturaba millones. Igual que Jurij Andrejew, agricultor a quien los separatistas mantuvieron prisionero durante doscientos días. Entretanto Jurij puede ganarse la vida con sus girasoles y cereales. Asegura que, aunque procedan de la zona afectada, sus productos están limpios, y que controló los campos antes de empezar a cultivarlos. En efecto, el grado de contaminación por cesio y estroncio ha disminuido en el tiempo transcurrido desde el accidente, como explica Walerij Kaschparow, director del Instituto Ucraniano de Radiología Agrícola. Aunque en algunas zonas la contaminación del suelo podría suponer todavía un riesgo para la salud, Kaschparow también cree que la región está lista para un nuevo comienzo. Y los desplazados internos podrían ser su catalizador.