Mega bandas criminales controlan territorios en Venezuela
1 de julio de 2021Desde hace varios años es común encontrar a Caracas enlistada entre las 10 ciudades más peligrosas del planeta. Aunque la cifra de muertes violentas disminuyó a 52,8 por cada 100 mil habitantes en 2020 debido a los confinamientos por la pandemia, este 2021 está demostrando un repunte en la violencia producto de enfrentamientos entre bandas criminales, no solo en Caracas sino en toda Venezuela.
José Luis Andarcia es albañil y tiene 20 años viviendo en La Vega, zona del centro oeste de la capital. Cuenta a DW que pese a ser una barriada considerada peligrosa, hasta hace unos 10 años podían vivir en paz. Ya no. "Desde hace unos 3 años las bandas controlan el barrio", denuncia Andarcia. Las balaceras se suscitan a cualquier hora. Teme por su vida y por la de sus hijos y su familia.
Andarcia dice no confiar en nadie, por lo cual no hay organización vecinal para enfrentar la violencia. "Uno no sabe si el vecino es un sapo cooperante de las bandas o de la policía, da igual, para mi ambos son iguales, no respetan la vida de nadie”.
Ana Mercedes Colina es maestra y también vive en La Vega, donde nació hace 68 años. Vive con su hijo, su nuera y 3 nietos, la menor de apenas 6 meses. Colina dijo a DW que siempre ha habido problemas de seguridad en el Barrio, pero "desde el año pasado se ha convertido en una pesadilla". "Cuando hay balacera nos encerramos, a veces nos tenemos que tirar en el piso, desde hace mucho tiempo no dormimos en la cama por precaución, los colchones están tirados en el piso", cuenta Colina.
Metástasis de la violencia
Para los venezolanos la violencia criminal no es algo novedoso, pero la intensidad y la falta de políticas públicas para controlar los enfrentamientos es notoria y preocupante. DW habló con Fermín Mármol García, abogado criminalista y director del Instituto de Ciencias Penales, Criminológicas y Criminalísticas de la Universidad Santa María acerca del flagelo que estos hechos imponen a la sociedad y que él denomina "tumores sociales". García dice estar convencido "de que en el caso venezolano, en lo que va de siglo 21, el crimen y la violencia hicieron metástasis, porque lamentablemente las políticas públicas, por un lado, fueron realmente muy perniciosas pero también por otro lado inexistentes".
Entre las características de las bandas criminales que operan en Venezuela se destacan los colectivos armados que están ideologizados a favor del chavismo, pero aún más preocupante son las llamadas mega bandas que se han formado en los últimos años. Fermín Mármol García explica que "una veintena de estructuras del crimen, entre ideologizadas o no, tienen control territorial, poseen un apresto operacional ofensivo, es decir que sus integrantes tienen fusiles y también artefactos explosivos tipo granada, materializando una multiplicidad de delitos violentos, como secuestro, homicidios , extorsión, robo agravado, entre otros".
Sobre la procedencia del armamento de las mega bandas, García menciona tres rutas: la corrupción, el tráfico de drogas y las importaciones que manejan las mafias de los puertos. Para García no cabe duda de que los criminales "están tan bien armados, tanto que superan a las policías municipales y regionales del país. Podrían estar a la par de las policías nacionales pero superan a otras instituciones ya mencionadas", aclara García.
Las víctimas
Mientras tanto, los que sufren más las consecuencias de las balaceras son los habitantes de los barrios populares. José Luis Andarcia se lamenta de que "nunca sabemos si hay muertos, pero balas y balas, y hasta granadas explotan; si hay fallecidos, se los llevarán a otra parte o los sepultan el cualquier parte, pero nadie denuncia por temor a que lo maten". Ana Mercedes Colina también dice estar aterrada mientras apunta a las marcas que han dejado balas perdidas en su pared. "Aquí no solo se escuchan balas, también explosiones", explica Colina. "Es como si el mundo se fuera a acabar".
Para el profesor Mármol García, "estamos en una tormenta perfecta de crimen y violencia en Venezuela, por un lado por el desbordamiento institucional y, por otro, por los problemas sociales agravándose permanentemente". Aunque en los últimos 21 años el Estado ha impulsado varios operativos y planes nacionales para enfrentar a grupos criminales, ninguno ha tenido éxito en disminuir la violencia criminal en el país. García explica que "el plan de políticas públicas para prevenir y reprimir el crimen tiene que concertar la voluntad, no puede haber un plan que no convoque al sector privado, a la iglesia de los distintos cultos, a los gremios , universidades y a los medios de comunicación social; sin la articulación de todos estos elementos solo se está podando la maleza y no extrayéndola de raíz".