“Me preocupa la marcha atrás en el proceso de desarme"
21 de septiembre de 2007El próximo martes 25 de septiembre, los 192 Estados miembros de las Naciones Unidas se encontrarán en la sede del organismo en Nueva York para iniciar el debate general que los mantendrá reunidos durante dos semanas. El miércoles le llegará el turno de palabra a la canciller alemana, Angela Merkel. En el acto también estará presente el ministro de Exteriores germano, Frank-Walter Steinmeier, con quien conversó la Deutsche Welle en una entrevista exclusiva.
La semana que viene se convoca la Asamblea General de Naciones Unidas, ¿qué temas llevará en la agenda?
Por desgracia, como viene siendo habitual en los últimos años, tendremos que tratar la reforma de Naciones Unidas. Hay 101 propuestas sobre la mesa y creo que todas reconocen que la Organización debe ser más eficiente de lo que lo es en la actualidad, y que su financiación ha de sustentarse sobre bases sólidas. Estamos trabajando en ello, pero avanzamos poco y el tema será de nuevo ineludible.
También tiene mucha importancia, por supuesto, el hecho de que el secretario general haya convocado a los jefes de Gobierno a una reunión para hablar sobre el clima y la política energética: un impulso que nos alegra especialmente, porque creemos que los esfuerzos para frenar el calentamiento global sólo tendrán un final feliz si se desarrollan en el marco de la ONU. Miramos con expectación a la Conferencia de Bali y queremos trabajar intensamente para que a lo largo del próximo año, año y medio, se alcancen acuerdos internacionales que puedan sustituir al Protocolo de Kyoto que ya expira.
¿Qué papel jugará en la Asamblea la cuestión iraní?
Si el presidente de Irán habla en la Asamblea General, el tema jugará un papel destacado porque centrará mucho la atención de los medios. Pero también podría ser interesante la reunión al margen de la Asamblea General de los 'seis Estados', los tres europeos [Reino Unido, Francia y Alemania] más Rusia, China y EEUU, que tendrán que reflexionar conjuntamente sobre la estrategia a seguir en lo sucesivo. Tendremos que analizar si Irán se muestra cooperativo con los inspectores de la AIEA [Agencia Internacional para la Energía Atómica] a la hora de responder a las sospechas de que el país pueda desarrollar un programa de armamento nuclear en secreto.
Sin embargo, dejaremos fuera de toda duda que no vamos a permitir que Irán, abierta o encubiertamente, se abastezca de armas nucleares. Todo lo contrario: creo que precisamente el desarrollo de los acontecimientos en los últimos años ha demostrado que tenemos que dirigir todos nuestros esfuerzos a limitar la cantidad de armas nucleares y, a ser posible, continúar con el desarme. No se debe seguir bajo ningún concepto una dirección que no sea esa.
Rusia no quiere seguir respetando el Tratado Sobre Fuerzas Armadas Convencionales en Europa (FACE). Usted ha hecho una propuesta de diálogo a la que Rusia ha contestado con poco entusiasmo. ¿Qué paso va a dar ahora?
Realmente, estoy preocupado porque nos encontramos en un momento en el que se está cuestionando toda la arquitectura para el desarme que tantos siglos y tanto trabajo conjunto costó construir. El proceso parece marchar hacia atrás.
En esta tendencia se enmarca también la decisión del presidente [ruso, Vladímir] Putin, de suspender el Tratado FACE: un acuerdo que debía servir para limitar el armamento convencional. Nos estamos esforzando mucho por reintroducir algo de sensatez en la Comunidad Internacional, y por eso hemos invitado a todos los Estados interesados en el Tratado FACE a venir a Berlín para deliberar una vez más sobre la forma de salvar esa arquitectura del desarme. Rusia ha aceptado estar presente. Eso ya es un primer paso.
Entonces, ¿es usted optimista?
En este campo, no se debe pecar de excesivo optimismo. Pero no es sólo optimismo lo que lo mueve a uno. Incluso cuando se quieren evitar procesos negativos, y se cree poder hacerlo, hay que comprometerse.