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Mbeki: relevo de uno que se oponía a lucha contra el VIH/Sida

DW-WORLD / jov 23 de septiembre de 2008

El cambio de Gobierno en África del Sur de un dirigente retardatario que provocó muertes por el Sida; Pakistán que estaría camino a un Estado fallido y el caso de la leche envenenada en China ocupan a la prensa europea.

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Kgalema Motlanthe, diputado del ANC y nuevo líder de Suráfrica.Imagen: AP

The Independent, de Londres, Gran Bretaña: “La despedida de Thabo Mbeki estaba en mora de suceder. Mbeki se convirtió en una creciente decepción y fue el culpable de su propio fracaso. Su oposición a la lucha contra la expansión del Sida-VIH fue en detrimento del mismo pueblo sudafricano que la necesita ayuda urgentemente.

Y si Mbeki hubiera presionado mucho más temprano a Robert Mugabe, el presidente de Simbabwe, se hubieran podido salvar muchas vida.”

Pakistán en camino de convertirse en Estado fallido

Trow, de Ámsterdam, La Haya: “Pakistán está perdiendo su credibilidad en el extranjero debido a su fracaso en la lucha contra el terrorismo. Las tensiones entre Pakistán y Estados Unidos son cada vez más grandes. Aún es incierto cómo vaya a trabajar el dúo entre el presidente Zadari y el primer ministro Gilani para entrar a solucionar los inmensos problemas del país.

El Gobierno de Islamabad es inestable. Entretanto las fuerzas armadas esperan tras bambalinas que la situación política se salga de control para sacar partido del histórico caos y declarar un golpe de Estado como ‘solución’ inevitable.”

Corrupción en autoridades chinas

Frankfurter Allgemeine Zeitung, de Fráncfort del Meno: “La producción y la industria lácteas han quedado descreditadas. Los consumidores que en China cada vez más se habían orientado por la leche están asustados.

Es evidente que el sistema estatal del control de la producción de productos alimenticios ha fracasado totalmente. Este escándalo desvela la debilidad del sistema chino. Todo parece indicar que es imposible emprender algo contra los inescrupulosos.

Aunque hay leyes higiénicas, los falsificadores de leche y otros productos alimenticios no tienen nada que temerles a las autoridades locales. El desinterese y la corrupción en las oficinas de la administración son evidentes.”