Max Strauss: ¿en Baviera se cuecen habas?
6 de agosto de 2007Por falta de pruebas Max Strauss ha sido declardo inocente. Con este veredicto, el juzgado de Augsburgo, ha puesto el punto final a un largo cuento, que desde hace una década, incluye escándalos de corrupción, evasión de impuestos, tráfico de influencias y comisiones por tráfico de armas. El despliegue mediático y la atención con que en Alemania se ha seguido esta veredicto no tiene tanto que ver con el personaje en sí –un abogado sin demasiada brillantez y con claras falencias en su personalidad política. Es más bien el nombre de la dinastía Strauss de Baviera lo que interesa.
Maxwell
En diciembre de 1995 se inició el juicio en contra de Max Strauss por evasión fiscal de un ingreso de 2,7 millones de euros; éste supuestamente provenía de comisiones ilegales. Quien había hecho el giro era nada más y nada menos que Karlheinz Schreiber, famoso por el escándalo de venta de armamento alemán a Arabia Saudita, por negociados con la empresa Airbus en Canadá y por la financiación irregular de la Unión Cristianodemócrata (CDU) bajo el gobierno del canciller Helmut Kohl.
Schreiber, desde hace años prófugo de la justicia germana y afincado en Canadá, habría girado la comisión millonaria a una cuenta suiza bajo el código secreto de Maxwell. Sentenciado a tres años y medio de cárcel en 2004, Max Strauss –quien siempre negó toda relación con Maxwell- cayó en una profunda depresión y en tendencias suicidas. Sus abogados apelaron.
El gran Strauss
En realidad, esta historia empieza con Franz Josef Strauss, que nació en 1915 en el seno de una familia muniquesa dueña de una cadena de carnicerías. De católicos, monárquicos y antiprusianos se tilda a los padres del que fuera hasta 1988 uno de los personajes clave de la política alemana. Estudiante y deportista brillante, estudió filología clásica y jurisprudencia y estuvo incorporado en el Ejército alemán y hecho prisionero después de la Segunda Guerra Mundial.
Sin historial nacional socialista, Franz Josef Strauss fue miembro fundador de la conservadora CSU -la hermana bávara de la CDU- y luego, por años y años, su secretario general. Fue miembro del Bundestag desde 1949 hasta 1987, ministro más de una vez, orador brillante… En resumen, Fran Josef Strauss fue un controvertido y activo político que gustaba tanto de sus tareas como de hacer uso de su poder. Notorio en América Latina fue su viaje a Chile en 1977 para recibir, en plena dictadura de Augusto Pinochet, el doctorado honoris causa y su cordial visita a la Colonia Dignidad.
A su sombra
Indudable es que Franz Josef Strauss dio origen a toda una generación política: personajes de la talla del ex ministro de finanzas Theo Waigel y del todavía primer ministro bávaro Edmund Stoiber entre ellos. Sus hijos Franz Georg, Monika y Max crecieron bajo su sombra e influencia y aunque no han logrado la estatura política de su padre, no han dejado de nutrir a la prensa con titulares. La hija del patriarca, Monika Hohlmeier, tuvo que abandonar su cargo de ministra de Cultura por escándalos de corrupción al interior de la CSU y Max Strauss fue absuelto hoy en segunda instancia por la corte augsburguesa aduciendo falta de pruebas: ¿in dubio pro reo o el triunfo del poder dinástico regional?