Mataderos en crisis: los alemanes comen cada vez menos carne
17 de junio de 2024"Nuestro plan es concentrarnos en la producción en los países del Benelux", dijo en junio el director general de Vion, Ronald Lotgerink, para explicar el plan de la empresa holandesa de retirarse en gran medida de Alemania y mirar hacia la unión aduanera y económica de Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo.
Esta decisión también llama aún más la atención si se tiene en cuenta cómo está organizada la empresa: Vion tiene 16 centros de producción en Alemania, mientras que en Holanda sólo hay la mitad. El diario alemán Handelsblatt cita a un conocedor del sector para describir la retirada de Vion de Alemania como una "venta por necesidad". Y las cifras parecen confirmarlo: en 2022, las pérdidas del grupo habían pasado de 29 millones a 108 millones de euros.
Vion, fundada hace 90 años como planta de transformación de grasas, es ahora una de las mayores empresas cárnicas del mundo. La empresa, que ha aparecido repetidamente en titulares negativos -con acusaciones que van desde la falta de higiene a la crueldad con los animales-, es el tercer matadero más grande de Alemania.
Sólo Westfleisch y -por un amplio margen- el Grupo Tönnies se sitúan por delante de ella como líderes del mercado.
Comer o no comer carne: esa es la cuestión
No sólo el Grupo Vion, sino toda la industria está sufriendo la disminución de las ventas. Uno de los motivos es el comportamiento alimentario de los alemanes: comen menos carne.
Esta observación también la ha hecho la Sociedad Alemana de Nutrición (DGE), que pretende ser una organización científica independiente para la ciencia y el asesoramiento nutricionales.
"Continúa la tendencia a largo plazo hacia un menor consumo de carne en Alemania. Según los datos preliminares del Centro Federal de Información para la Agricultura (BZL), el consumo de carne per cápita se redujo en 430 gramos, hasta 51,6 kilogramos, en 2023", confirmó a DW la ecotrofóloga Silke Restemeyer, de la DGE.
La Oficina Federal de Agricultura y Alimentación (BLE) también ha constatado esta tendencia: "El volumen de consumo calculado lleva varios años descendiendo ligeramente. Es probable que una de las razones del descenso del consumo de carne sea el cambio de dieta", escribió esa autoridad a DW.
Susanne Abe, de la BLE, lo explica con un cambio de actitud hacia los aspectos ecológicos del consumo de carne: "Es probable que también influya una mayor concienciación general sobre los efectos del elevado consumo de carne en nuestra propia salud, el clima y el medio ambiente".
Competencia en los bloques de salida
No sólo los nuevos hábitos de consumo en Alemania ejercen presión sobre el mercado. Los acontecimientos en otras partes del mundo también están dejando su huella en las cuentas de los carniceros. Por ejemplo, están sintiendo los efectos de las prohibiciones de importación impuestas por algunos países asiáticos debido a la peste porcina africana (PPA). Muchas piezas que son difíciles de vender en Europa llegaron a venderse allí, como las orejas de cerdo, consideradas un manjar en China.
Además, continuamente hay nuevas normativas y requisitos que afectan a la industria del sacrificio. Y no sólo de la UE, sino también del Gobierno central en Berlín para el mercado alemán. El ministro federal de Agricultura y Alimentación, Cem Özdemir, ha dicho en repetidas ocasiones que quiere cambiar la cría de animales en general. Su objetivo: "Hay que criar menos animales, pero deben tener más espacio y poder vivir de forma más adecuada para su especie". Sin embargo, menos cría de animales en Alemania también significa menos negocio para los mataderos locales.
(gg/rml)