Martín Vizcarra: el protagonista de la crisis

"Estoy indignado por la situación actual, como la mayoría de peruanos. Pero tengo la convicción que juntos demostraremos una vez más que podemos salir adelante. Por ello, regreso al Perú para ponerme a disposición del país, respetando lo que manda la Constitución”, escribió Martin Vizcarra a través de Twitter cuando asumía el mando de su país el 23 de marzo de 2018.

Vizcarra, que era por ese entonces embajador extraordinario en Canadá, saltó a la primera fila cuando Pedro Pablo Kuczynski abandonó la presidencia, en medio del escándalo de Lava Jato. El propio PPK lo había designado primer vicepresidente de la nación peruana. Al asumir ese cargo, en 2016, reconoció públicamente: "Fue una sorpresa, nunca había jefaturado una campaña, ni siquiera la mía en Moquegua. Abruma, pero con voluntad y sentido común, se avanza”.

Blanco de controversia

Posteriormente, se le otorgó la responsabilidad de dirigir el Ministerio de Transportes y Comunicaciones, cargo en el que duró diez meses, debido a que la Contraloría detectó irregularidades en los ajustes hechos a un contrato con el consorcio Kuntur Wasi, para la construcción del aeropuesto internacional de Chinchero, en Cusco.

Fue ahí cuando tuvo su primer obstáculo político. Este contrato pretendía habilitar un nuevo aeropuerto en la ciudad. No obstante, Vizcarra admitió posteriormente no disponer de recursos estatales para la obra. La oposición lo criticó duramente, le acusó de favorecer al sector privado del país y de otros delitos, situación de la que salió finalmente ileso. A causa de estas irregularidades se le quiso interpelar en 2017, pero renunció al ministerio y fue enviado al extranjero como embajador de Canadá.

Los inicios en la política

Previamente a su labor como político se dedicaba a hacer negocios en el área de construcción. Su primera incursión en la política tuvo lugar entre 2011 y 2014, cuando fue destacado como el precursor del "milagro educativo” de su región, mientras ocupaba el cargo de gobernador regional de la ciudad de Moquegua, ubicada al sur del país.

A ese puesto llegó tras adquirir figuración pública en una protesta que paralizó la zona durante diez días y que buscaba frenar las regalías de la minera Southern Perú, que pretendía operar en Moquegua. "En Perú, en todos los conflictos sociales hubo muertos, pero en Moquegua no”, declaraba en 2008.

Recibió diversos elogios durante su gobernación y en conjunto con el trabajo del sector minero logró un aumento en el presupuesto para el sector de la educación en la región, con los índices más altos a nivel nacional. 

Crisis institucional

Ahora, luego de un año y medio en la presidencia y con el apoyo del pueblo peruano mostrado en las calles, el militante del partido de centroderecha Peruanos por el Kambio (PpK) anunció el controvertido voto de confianza, para reformar el método de designación de los magistrados del Tribunal Constitucional. Sin embargo, el Congreso (de mayoría opositora fujimorista) trabó la iniciativa. En respuesta, el presidente decidió disolverlo, algo que no ocurría desde 1992, cuando Alberto Fujimori gobernaba el país.

La medida llevó a su vez a los congresistas a destituir a Vizcarra de la presidencia, y de paso a nombrar como presidenta interina a Mercedes Aráoz, quien juró al cargo, criticó la decisión de Vizcarra y renunció el día después.

Martín Vizcarra ha sido un Presidente que inició su mandato con bajo perfil, pero que se ha ganado el respaldo de la ciudadanía (un 70 por ciento apoyó su propuesta de adelantar las elecciones al 2020 en un sondeo del Instituto de Estudios Peruanos) y el apoyo de las Fuerzas Armadas de Perú, y que ha marcado un hito con su decisión de disolver el Congreso.

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