Margarete Mitscherlich: un espejo del alma alemana

Por más de un motivo, Margarete Mitscherlich ha sido una figura clave para la sociedad alemana de la posguerra. Fue ella quien se atrevió a poner el dedo en la llaga dejada por la dictadura nazi y la destrucción bélica, analizando el alma de una nación sumida en la ardua labor de superar un hondo trauma psíquico y material. “La incapacidad de duelo”, libro que publicó junto a su marido en 1967, estremeció las conciencias de muchos alemanes de ese entonces, empeñados en reprimir la memoria de lo ocurrido, con un análisis sobre las claves del comportamiento colectivo.

Del psicoanálisis al feminismo

No sólo la II Guerra Mundial y la etapa de la reconstrucción marcaron la vida de esta mujer, que al cumplir 90 años es calificada como la Gran Dama del Psicoanálisis en Alemania. Hija de una maestra alemana y un médico danés, descubrió los apasionantes laberintos de la psique humana de la mano de su marido, Alexander Mitscherlich, a quien la unió no sólo una relación afectiva, sino también profesional.

No obstante, Margarete Mitscherlich no permaneció a la sombra de su esposo. Por el contrario, brilló con luz propia y su sumó con energía al movimiento feminista alemán. Claves resultaron para éste libros brotados de su pluma como “La mujer pacífica” (1985), en el que afirmaba que las mujeres no son menos agresivas por naturaleza, sino que su carácter supuestamente más equilibrado obedece a un modelo de comportamiento aprendido. “Siempre he sostenido que las mujeres no sólo deben imponerse ante los hombres, sino también ante ellas mismas”, señaló en una entrevista.

Balance positivo

Plenamente vigente a pesar de su avanzada edad, Margarete Micherlich permanece atenta a los temas de hoy en día. Su opinión interesa. Y con no poca frecuencia los medios la citan. Por ejemplo, hablando sobre la canciller alemana, Angela Merkel, con palabras elogiosas sobre la habilidad con que maneja la difícil situación de gobernar en coalición con la socialdemocracia. O entregando su punto de vista sobre las operaciones de cirugía estética, que considera algo “neurótico”.

Su balance de la vida que le ha tocado vivir resulta positivo. Destaca, por ejemplo, que la Alemania fascista de su infancia se ha transformado en una democracia estable y que la sociedad, otrora dominada por los hombres, cuenta ahora con una jefa de gobierno. También en lo profesional hay aspectos satisfactorios en su recuento, como el hecho de que hoy en día incluso cualquier taxista conozca los conceptos básicos del psicoanálisis.