Marcha en Washington contra el racismo: haciendo historia
29 de agosto de 2020En 1963, decenas de miles de estadounidenses se reunieron frente al Memorial de Lincoln en Washington DC un caluroso día de agosto para exigir justicia social e igualdad racial. Escucharon a líderes políticos y espirituales, entre los que se contaba el Dr. Martin Luther King Jr., que compartió su visión del futuro de su país.
"Tengo el sueño de que un día esta nación se levantará y vivirá el verdadero significado de su credo: 'Sostenemos que estas verdades son evidentes, que todos los hombres son creados iguales'", dijo King en su discurso más famoso. "Tengo un sueño: que mis cuatro hijos pequeños algún día vivirán en una nación donde no serán juzgados por el color de su piel, sino por el contenido de su carácter".
Exactamente 57 años después, el 28 de agosto de 2020, la multitud acudió al Memorial de Lincoln para otra marcha en Washington, porque el sueño de King todavía no se ha cumplido. Llegaron con camisetas con las palabras "No puedo respirar", en memoria de George Floyd, el afroamericano desarmado que murió asfixiado por la policía en Minneapolis. Y con carteles con el nombre de Jacob Blake, que recibió siete disparos por la espalda en la pequeña localidad de Kenosha, Wisconsin, el domingo, quedando paralizado de cintura para abajo.
"Los delincuentes blancos son tratados con humanidad, los negros no"
Vance Jay llegó a Washington desde su estado natal de Wisconsin para "mostrar solidaridad", dijo a DW. "Esta es una oportunidad para que nuestros niños vean cómo la gente negra se unen y cómo nos reunimos para lograr un cambio real".
Jay y sus amigos llevaban camisas con el lema "Black Lives Matter" estampado por delante y "Somos hombres WI", por detrás. Lo que más le molestó de lo sucedido en Kenosha, dijo Jay, es que el joven blanco acusado de disparar y matar a dos personas durante las protestas del martes por la noche "pudo caminar hasta la policía sin ni siquiera ser detenido". Es algo que indigna a muchos participantes.
"Ese momento [en Kenosha] encajó en la tendencia de cómo se discrimina a los delincuentes según el color de su piel", dijo Zakiya Glynn, de Nueva York, junto a donde comienzan los escalones del Memorial. "Muestra la diferencia entre los delincuentes que son blancos, que son tratados con humanidad, y los negros, que no lo son".
Tapabocas pero escaso distanciamiento
No todos los que quisieron venir a la marcha del viernes pudieron hacerlo. La Red de Acción Nacional (NAN), la ONG de derechos civiles que organizó el evento, canceló varios autobuses procedentes de los puntos más calientes de la pandemia del coronavirus que debían conducirían a los manifestantes a Washington.
"La seguridad es nuestra principal prioridad", dijo a DW Tylik McMillan, director de universidades y jóvenes de NAN y uno de los principales organizadores, a principios de esta semana. A todas las personas que asistieran a la marcha se les controlaría la temperatura antes de ingresar al área alrededor del Memorial de Lincoln y se harían cumplir las reglas de distanciamiento social.
La realidad, el viernes por la tarde, se veía un poco diferente. El área desde donde los manifestantes vieron los discursos en grandes pantallas de video al pie de los escalones del Monumento a Lincoln estaba tan llena de gente que a veces era difícil incluso dar unos pasos. Pero casi todo el mundo llevaba tapabocas.
Haciendo historia
El calor no hizo menguar el entusiasmo de los oradores y de la audiencia en lo que al mensaje principal del evento se refiere: salir a votar en las elecciones presidenciales de este otoño. No importa a quién se preguntara entre la multitud, nadie se creía el mensaje de la Convención Nacional Republicana lanzado principios de esta semanas según el cual ningún presidente desde Abraham Lincoln ha sido mejor para la comunidad afroamericana que Donald Trump.
Por el contrario: un manifestante portaba una gran bandera de Biden-Harris en apoyo de los candidatos demócratas a presidente y vicepresidente, y se veían también insignias que decían "Bote a Trump" ('vote Trump out'). Un discurso que dejó particularmente claro el significado de la votación de este noviembre vino del reverendo Jamal Bryant de Georgia.
"El 3 de noviembre, no importa lo que haga, nos arrastraremos a las urnas", dijo con voz tronadora dirigiéndose a Trump. "Si quitas el buzón, todavía nos arrastraremos. Si quitas los centros electorales de nuestras comunidades, todavía nos arrastraremos... Incluso si nos encontramos paralizados y nos obligas a arrastrarnos, seremos como las mariposas, que primero se arrastran y luego vuelan".
Miles de personas alrededor del estanque frente al Memorial vitorearon, saltaron y clamaron: "¡Sí!". Se sintió como otro momento histórico al pie del Memorial a Lincoln.
(lgc/few)