Maratón, ¿merece la pena correr... el riesgo?
5 de abril de 2014Este domingo (06.04.2014) se celebra la 14ª Maratón de Bonn, una prueba que registra récord de participación en 2014: más de 12.000 corredores inscritos, frente a los 5.556 de 2002, o los 11.032 de 2008. El crecimiento del número de participantes en este tipo de competencias es un fenómeno mundial.
Según Runners World, más de 550.000 personas finalizaron una maratón en Estados Unidos en 2011, frente a los 300.000 que lo hicieron en el año 2000 ó los 25.000 de 1976. Pero, ¿a qué se debe este fenómeno? ¿Con qué propósito corre toda esta gente?
Las razones para correr largas distancias son variadas y a menudo difieren dependiendo de la edad o el sexo de los corredores. Para el psicólogo de la Universidad de Ohio, Benjamin Ogles, uno de los autores de un estudio relacionado con la motivación, publicado en el Journal of Sport Behavior de la Universidad de Alabama, las mujeres corren maratones con el objetivo de controlar su peso y socializarse, mientras que los hombres lo hacen para competir y lograr retos personales.
En su estudio, Ogles asegura que “esa necesidad de lograr éxitos puede suponer una gran motivación” y, por esa razón, “correr una maratón produce una gran sensación de autorrealización”, concluye.
Asimismo, es importante remarcar la habitual relación que se establece entre la palabra maratón y el sufrimiento, no solamente a un nivel físico: combinar largas jornadas de trabajo con el entrenamiento necesario para correr una maratón puede resultar extenuante. Para muchos, al estrés propio del trabajo hay que añadirle la presión de completar el plan de entrenamiento.
“Imagina que un día no has entrenado y ves que no vas a poder salir de la oficina antes de las nueve o diez de la noche”, explica Álvaro Bueso, un runner aficionado que, además de haber corrido la media maratón de su ciudad natal, Madrid, ha completado las maratones de Ámsterdam y Oporto, una carrera de montaña de 40 kilómetros y el Thomas Cook Half Ironman de Mallorca.
“Si esto comienza a ser habitual durante la semana, dejas de tener tiempo suficiente para recuperar los días de entrenamiento perdidos, lo que hace que llegues a la carrera con menos kilómetros en tus piernas de los necesarios”, añade.
Por ese motivo, la mayoría de las veces el estrés mental es provocado por la necesidad de prepararse correctamente para las pruebas. “Es prácticamente imposible simular la distancia y el estrés físico de una maratón en un entrenamiento diario”, dice el fisioterapeuta alemán Sebastian Sohns.
Cómo prepararse para una carrera
A pesar de ello, Sohns asegura que el entrenamiento óptimo debe enfocarse, únicamente, en lograr mayor resistencia, lo que se consigue corriendo aproximadamente 10 kilómetros cada dos días.
“Si el entrenamiento es demasiado duro y el cuerpo no tiene tiempo de recuperarse completamente, pueden acumularse micro-traumatismos que afectarán al sistema óseo-muscular a corto y largo plazo. El sobreentrenamiento puede incluso comprometer el sistema psíquico e inmunológico”, dice Sohns, quien admite que una disciplina tan exigente y sacrificada como la maratón no es el ejercicio más recomendable para el cuerpo humano.
La responsable del área de medicina deportiva de Reebok Sports Club Spain, María Jesús Núñez Martín, cree que un corredor aficionado necesita entre tres y seis meses de entrenamiento físico incluyendo, al menos, tres o cuatro días de carrera semanales.
Por lo menos, una de las sesiones debe dedicarse a simular una prueba de larga distancia. “El número de kilómetros acumulados en los entrenamientos va a condicionar el comportamiento en carrera. Por tanto, es necesario correr en diferentes modalidades: continua, interválica y, al menos en los primeros meses, entrenamiento de fuerza de miembros inferiores”, concluye la Dra. Núñez.
Entrenando con Álvaro Bueso, le preguntamos sobre este particular aspecto . El corredor coincide con la opinión de la especialista Núñez: “No es tanto el tiempo que lleves corriendo sino los kilómetros que seas capaz de correr durante ese período”.
A pesar de que en su caso entrenó el mismo período de tiempo para las dos primeras maratones, para la de Ámsterdam corrió 700 kilómetros mientras que para la de Oporto sólo pudo correr 560 kilómetros. Esto se debió a la alta carga de trabajo que tuvo durante los meses previos a la competición. “No es necesario decir que hice mejor tiempo y tuve, de lejos, mucho mejores sensaciones en la competencia de los Países Bajos”, admite.
Más kilómetros, menor riesgo
Aparentemente, las distancias no afectan sólo a la preparación física y mental de los corredores, sino que representan también un factor determinante en lo que concierne a la reducción de sufrir lesiones cardíacas.
En 2006, la profesora asistente de la Harvard Medical School, Malissa J.Wood, lideró un estudio conocido como Circulation. Según las conclusiones de éste, los corredores que corren un promedio de al menos 72 kilómetros semanales se exponen a un riesgo considerablemente menor de sufrir lesiones cardíacas que aquellos que corren menos de 56 kilómetros a la semana.
Este tipo de riesgo aumenta cuanto más se acerca la competición. “El estrés precompetitivo puede alterar la frecuencia cardiaca y la tensión arterial de manera fisiológica y normalmente no condiciona riesgo cardiaco. Existen casos especiales en los que confluyen junto al estrés, los factores de riesgo cardiovascular o determinadas arritmias cardiacas que pueden provocar un elevado riesgo de presentar un evento coronario isquémico”, explica Núñez.
Por esta razón, y aquí es donde todos los expertos están de acuerdo, es muy recomendable que todos los aficionados al running hagan una visita al médico para confirmar su buen estado de salud o para que, en el caso de que se detecte algún problema, ser capaces de encontrar una solución efectiva a tiempo.
¿Cuánto cuesta practicar la maratón como deporte aficionado? ¡Siga leyendo!
El precio de correr
Correr una maratón puede resultar razonablemente barato. Si corre la de su ciudad, sólo necesitará un par de zapatillas, ropa deportiva y la inscripción, cuyo precio aproximado es de 50€-.
Los costos crecen si quiere completar alguna de las “grandes” (NY, Londres o Chicago), ya que al pasaje, habrá que añadirle una inscripción mucho más cara. Según la asociación RunningUSA, el precio medio para inscribirse en el Top 25 de las maratones en EE. UU. ha aumentado un 35% desde el año 2007, hasta alcanzar, actualmente, los 82€.
Como ejemplo, la Maratón de NY, cuya inscripción ha pasado de los 80€ de 2004 a 255€ en 2012, un 219% más en sólo ocho años. Eso sí, existe una forma de recuperar la inversión: ganando.Ya sea en categoría masculina o femenina, los dos ganadores del ING Maratón de la ciudad de NY 2013 se embolsaron, cada uno, 100.000 dólares.