"Mursi debe regresar al poder"
9 de agosto de 2013Tras seis semanas de manifestaciones, el campamento de protesta de los islamistas ha cambiado completamente. La entrada parece una fortaleza. Hay incontables sacos de arena apilados en barricadas. Hay también láminas de acero para protegerse de las balas y de otros ataques. Arriba, en la entrada, se ve un retrato del presidente depuesto, Mohamed Mursi. También hay coloridas pancartas con la pregunta “¿Qué pasó con mi voto?
El interior del campamento parece un pequeño pueblo. De día hay decenas de miles de personas viviendo en tiendas de campaña. Hay una panadería, un carnicero y el centro de prensa se encuentra en una mezquita. Allí están los altos funcionarios islamistas. Uno de ellos es Ayman Abdel Ghani, miembro de la directiva del partido Libertad y Justicia de los Hermanos Musulmanes. A pesar de los intentos de mediación, él defiende la posición oficial de los Hermanos Musulmanes: “Recibimos con mucha seriedad las iniciativas de Estados Unidos o de otros países. Pero deben respetar tres cosas: la reinstauración del presidente, el parlamento y la Constitución”.
“Los militares no quieren conversar”
Algunos observadores señalan que el líder de los Hermanos Musulmanes no piensa que Mursi pueda regresar al gobierno y está listo para discutir otra posibilidad de compromiso. Pero una gran mayoría de los manifestantes piensa que el regreso de Mursi no es negociable. Ellos seguirán protestando, dijo Naima, quien trabaja en la panadería. Una vez que dejen de protestar, agrega una mujer, las fuerzas de seguridad los arrestarán e incluso los matarán.
De hecho, la ola de arrestos y la violencia militar de semanas anteriores ha reforzado estos temores. Pero hay un puñado de manifestantes dispuesto a hablar de concesiones.
Mohamed, un estudiante, cree que Mursi no será restituido como presidente y que más bien deberá aceptar esa imposibilidad. “Creo que llegaríamos a una solución si los militares negociaran con nosotros. Pero los militares no quieren hablar con los Hermanos Musulmanes ni con los salafistas. Utilizan esta situación para deshacerse de sus enemigos y así nos ven a nosotros”, dice.
La necesidad de un compromiso
Entre la lista de opositores no hay solo partidos islamistas, sino también grupos más liberales. Ellos han criticado la agresiva reacción de las autoridades. El aparato mediático gubernamental ha creado un ambiente en el que cualquier crítica o cuestionamiento de la conducta de los militares o de la policía recibe inmediatamente la etiqueta de islamista.
Mohamed piensa que mucha gente dejaría el campamento si los Hermanos Musulmanes llegaran a un acuerdo con los militares, con o sin el regreso de Mursi a la presidencia. Sin embargo, a su juicio, los militares deben mostrar primero su voluntad, por ejemplo, liberando a los islamistas encarcelados.
Para Mahmoud, de 60 años, “Mursi es una buena persona. Tiene buenas intenciones. Su gran error fue no sanear rápidamente el sistema judicial, policíaco y mediático. Había muchos miembros del régimen anterior”.
El temor a un baño de sangre
Mursi trató de debilitar el poder del sistema judicial mientras que utilizaba el aparato de seguridad y a los jueces para silenciar las críticas. Varios grupos de Derechos Humanos criticaron que varias de las leyes aprobadas por los islamistas no fueran menos autoritarias que las aprobadas por el expresidente Hosni Mubarak.
Los manifestantes han dicho que continuarán con las protestas incluso si los militares tratan de dispersarlos. “Si tratan de echarnos, nos iremos a otra parte a protestar. Volveremos a casa, pero luego nos iremos a otros lugares para que nuestras peticiones sean escuchadas”, dice Mahmoud.
Pero una escalada similar significaría un baño de sangre. El campamento no está suficientemente fortificado. En una de las tiendas, más de 40 manifestantes escuchan una plática sobre el martirio. “Lo mejor que Alá puede concederle a alguien es hacer de él un mártir. Es la única forma de liberarse de los pecados. Lo ideal sería ser impactado por una bala, uno iría directamente al paraíso”.
Autor: Matthias Sailer / Israel Ayala
Editora: Emilia Rojas