“El libre comercio podría ayudar a eliminar brecha salarial”
30 de mayo de 2016México es atractivo para la inversión extranjera directa debido a sus bajos salarios. En los últimos años, varias empresas han abierto o anunciado la apertura de nuevas plantas, sobre todo en el sector automotriz. Mientras que un trabajador mexicano percibe un promedio de ocho dólares la hora, en Estados Unidos un empleado en esa industria puede percibir hasta 58 dólares, y en Alemania 52 dólares. El país cuenta además con acuerdos de libre comercio con 45 países, lo que le permite exportar con tarifas más bajas.
“Las empresas europeas utilizan a México como plataforma para entrar a Estados Unidos, para exportar desde ahí hacia el resto del mundo”, afirma el economista Jordi Bacaria Colom, director del Centro Internacional de Documentación de Barcelona CIDOB. El académico destaca que México fue el primer país en América Latina que firmó un acuerdo con la Unión Europea, y que, según la balanza comercial, pareciera que México pierde en su relación comercial, pero no es así. “Nosotros observamos que aumentaron las importaciones de México provenientes de la UE y eso sólo tiene una explicación, que es el aumento de inversiones de la UE hacia México. Como han sido inversiones directas, en empresas automotrices, por ejemplo, lo que hacen las empresas es importar maquinaria, para montar la fábrica”, afirma.
Cerrar brecha salarial
Carlos Serrano Herrera, economista en Jefe del BBVA Bancomer en México, afirma por su parte que el Acuerdo de Asociación Económica, Concertación Política y Cooperación, conocido como Acuerdo Global (AG), que entró en vigor en el 2000, ha sido positivo. “La UE aumentó sus exportaciones en el sector químico, cinco veces más de lo que habrían aumentado sin tratado. México aumentó sus exportaciones de algunos productos, como ópticos y plásticos”.
Según el economista, la UE es la segunda economía que más invierte en México. “Un 40% de la inversión extranjera directa proviene de Europa, un 45% la hace Estados Unidos, aunque ha habido años en los que la inversión europea es mayor a la estadounidense”. El economista mexicano reconoció en conversación con DW que los bajos salarios son un atractivo. “Por eso hay tantas empresas automotrices que utilizan fuerza laboral mexicana altamente cualificada. Eso significa que México es un país más pobre, pero el libre comercio puede ayudar a eliminar esa brecha. Los ingenieros mexicanos ganan menos que un alemán, pero esa brecha se puede ir cerrando”.
Las negociaciones en Bruselas tienen por objetivo actualizar y modernizar el AG teniendo en cuenta los cambios que se han producido en los últimos 15 años. Bacaria Colom destaca que en el 2000 no existía el Tratado de Lisboa, que contempla un capítulo de inversiones. “Cada uno de los países que ha querido tener un procedimiento de garantía en sus inversiones con México ha tenido que firmar un Acuerdo de Promoción y Protección Recíproca de Inversiones (APRI)”. Una actualización del AG permitiría que los 28 países miembros de la UE tengan esta protección. El académico destaca además las negociaciones que tienen lugar en el marco de la OMC sobre un Acuerdo General de Comercio de Servicios (TISA), que podría introducir nuevos elementos en el acuerdo con México.
Sector agrario quedó protegido
El acuerdo que entró en vigor en el 2000 se concentra en temas industriales, según ambos expertos, que coinciden en que los capítulos de productos agroalimentarios no fueron desarrollados a favor de México en donde el país tiene un gran potencial de exportación. “Espero que las barreras no arancelarias en los productos agrícolas se eliminen en esta ronda de negociaciones para que sea un tratado de libre comercio que beneficie más a ambas economías. México tiene una gran capacidad exportadora en el sector agroalimentario y una apertura podría beneficiar a muchos miles de personas activas en ese sector, que además es donde menos ingresos se tiene”, afirma Carlos Serrano. En el acuerdo de hace 15 años este sector quedó protegido a instancias de Francia, país que tiene un alto grado de protección en su sector agropecuario.
“A México le falta inversión para desarrollar una industria agroalimentaria que tenga buena entrada en Europa y en esto la cercanía económica con Estados Unidos no le ha favorecido”, destaca por su parte Bacaria Colom.
TTIP, presión adicional para México
El Tratado de Asociación Trasatlántica para el Comercio y la Inversión TTIP, que negocian Estados Unidos y la Unión Europea, es una presión adicional para México. “Cuando comenzaron las negociaciones México pidió enseguida entrar por lo menos como observador, argumentando que es socio de ambos bloques a través del TLCAN o NAFTA con Estados Unidos y Canadá y con el AG con la Unión Europea. Le dijeron que no, que ese tratado lo negociaban entre ellos dos. Pero eso ya obligó a abrir una negociación para modernizar el AG”, destaca el economista catalán.
“Si no hubiese una actualización del acuerdo entre la UE y México, si no tuviera México la ventaja de bajos salarios, las empresas europeas podrían buscar directamente su inversión en Estados Unidos. Habría que evitar ese tipo de desplazamientos, y evitar se produzcan situaciones absurdas, como que un producto originario de México que es exportado a Estados Unidos, luego ya no pueda ser exportado a la UE a través del TTIP”.
Protección medioambiental, Estado de Derecho y lucha anticorrupción
En las negociaciones en Bruselas también se espera la introducción de una mayor protección medioambiental en la producción de bienes tanto en México como en la UE. También sería deseable un capítulo sobre Derechos Humanos. “Ayudaría mucho a México que hubiera un escrutinio externo en materia de Derechos Humanos”, dice Carlos Serrano.
La Unión Europea y México se empeñan en seguir promoviendo el libre mercado y la democracia, pero sigue habiendo preocupación en Europa por la poca voluntad para implementar políticas que fortalezcan el Estado de Derecho y combatan efectivamente la corrupción.