“México se está convirtiendo en un país de asilo”
7 de abril de 2021"En las últimas semanas están deportando desde Estados Unidos a unas 200 personas al día. Eso es un aumento muy grande, aunque un 30% son repeticiones, son personas que cruzan al otro lado un lunes, las devuelven el martes, y el miércoles cruzan de nuevo, es una puerta por la que entran y salen”, afirma el sacerdote Pat Murphy, director de la Casa del Migrante, en Tijuana.
La Casa del Migrante es la más antigua de los 33 albergues existentes en esa ciudad mexicana, que comparte una frontera con San Diego, Estados Unidos. "Todos los albergues están a tope”, destaca el religioso en conversación con DW. Él cree que la situación empeorará en el futuro, cuando Estados Unidos active un programa de asilo. "El gobierno de Biden despertó esperanzas. Los migrantes vienen con la esperanza de pasar a los Estados Unidos, pero la verdad es que no existe el asilo en este momento, no se ha activado el sistema”, afirma.
"Ayer llegaron cinco familias, todas del sur de México. Es un desafío por la cantidad de migrantes y de retornados, y el gobierno mexicano no hace nada. López Obrador no ha visitado ningún albergue de migrantes, y tampoco ayuda con dinero. El gobierno municipal nos ayuda un poquito, pero el federal, ni con un peso”.
Separación de familias en la frontera
Durante el primer trimestre de 2021 se registró un vertiginoso incremento de la migración irregular a México de más de 31.000 personas. Más de un 10% eran menores de edad, muchos de ellos no acompañados. Muchas familias se separan voluntariamente en la frontera, y eso tiene una explicación.
Mientras que los menores que viajan solos tienen derecho a permanecer en territorio estadounidense para tramitar asilo, el 90% de los adultos son devueltos a sus países de origen a partir de la iniciativa llamada Título 42, que justifica las deportaciones debido a la pandemia de coronavirus.
Según un reporte de la Red Franciscana para Migrantes, unas 34 personas emigran cada hora de Guatemala, Honduras y El Salvador.
Las causas del actual fenómeno son muy diversas, y algunas tienen que ver con una transición electoral difícil y mensajes poco claros desde Estados Unidos, según dijo a DW Tiziano Breda, analista para Centroamérica de la ONG Crisis Group, dedicada a la prevención de conflictos armados.
El analista recuerda que, apenas asumido el cargo, Biden anunció que pondría fin a muchas de las políticas hostiles a la migración impuestas por Donald Trump con medidas que van desde el programa Migrant Protection Protocol (MPP), conocido como "Quédate en México”, hasta la continuidad del programa DACA (los llamados Dreamers), u ofrecer el acceso a la ciudadanía a casi 11 millones de indocumentados.
Biden lanzó mensajes que alentaron la migración
"Todas esas medidas, muy positivas, claramente han aumentado las expectativas en Centroamérica y se han traducido en un mayor número de llegadas a su frontera sur”, indica Breda. Aunque Biden ha propuesto un plan muy completo e integral, según el analista, este tiene una visión a mediano y largo plazo, sin una estrategia de corto plazo que atienda la crisis que está viviendo la región de manera inmediata.
A eso se suman roles y mensajes poco claros desde la nueva administración demócrata, que tiene, además, a interlocutores controvertidos en la región: un presidente en Honduras acusado de vínculos con el narcotráfico, y en Guatemala, a otro acusado de corrupción. "El presidente Biden está ante la disyuntiva de si debería priorizar la lucha contra la corrupción para abordar las raíces que a largo plazo podrían contribuir a detener la migración, o ceder a la urgencia y tratar con gobiernos que tienen varias acusaciones, pero que son los interlocutores que hay en este momento”, señala el experto.
Dichos gobiernos mantienen una política migratoria represiva que crearon bajo la presión de la administración Trump. "El muro que quiso implementar Trump se ha movido cada vez más hacia el sur, con medidas represivas desde México hasta Honduras, muy eficaces, pero con una respuesta muy débil al abordar las necesidades de la población”, subraya.
El analista considera que ya no solo son los migrantes quienes huyen de la pobreza y la inseguridad, sino que, ahora, el detonante es el cambio climático, debido a los huracanes de noviembre de 2020, que llegaron con una semana de distancia, fuera de la temporada de huracanes.
México registra la mayor cifra de solicitudes de asilo
La Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) informó que México reportó el mayor número de solicitudes de asilo desde que existe registro. Comar contabilizó 22.606 solicitudes de asilo en el primer trimestre de 2021; más de 9.000 de ellas solo en el mes de marzo.
"A lo largo de los últimos 5 años, México se está convirtiendo cada vez más en un país de asilo, y eso se debe tanto a una mayor capacidad del país, como de las autoridades mismas, para procesar esas solicitudes e integrar efectivamente a las personas”, afirma, por su parte, Sibylla Brodzinsky, portavoz de la agencia de Naciones Unidas para los refugiados, Acnur, desde sus oficinas en Ciudad de México.
La experta explica en conversación con DW que los factores que influyen en el desplazamiento forzado en Centroamérica, Honduras, El Salvador y Guatemala, no solamente se mantienen, sino que se han visto exacerbados por los efectos económicos de la pandemia y los huracanes de fines del 2020, que afectaron a Honduras, Guatemala y Nicaragua. "Todo eso se suma a las amenazas que ya existían antes, como la violencia crónica en la que vive la población a manos de grupos criminales, lo que hace que la vida de muchos sea insostenible en sus países”.
Sin embargo, Brodzinsky destaca que no todos los migrantes tienen la vista puesta en Estados Unidos. "Hay solicitantes de asilo que pueden encontrar seguridad y refugio en un país vecino al suyo. Eso es lo que hemos visto en México en los últimos años, que más y más personas reciben el reconocimiento del estatus de refugiado y rehacen aquí su vida”.
(cp)