México: Miles marchan por los 43 estudiantes desaparecidos
26 de enero de 2015Los manifestantes avanzaron en cuatro marchas simultáneas. Los contingentes partieron desde la zona de las estaciones de metro Auditorio, Zaragoza, Indios Verdes y Tasqueña, desde los cuatro puntos cardinales, para llegar al Zócalo, el corazón de la capital.
Con gritos de "Vivos se los llevaron, vivos los queremos" y "Ayotzinapa vive", unas 12.000 a 13.000 personas ya se habían congregado en distintos puntos desde varias horas antes del mitin que cierra la jornada de protesta. Un cartel que decía "Ejército Asesino 43", con letras negras y rojas, fue colocado junto a la columna de la Independencia sobre el Paseo de la Reforma para recibir a uno de los contingentes, que caminó por un carril de la avenida, cerrado al tránsito, desde el Auditorio Nacional.
Los participantes expresaron su indignación con máscaras de papel con los rostros del presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, y del exmandatario Carlos Salinas de Gortari, ambos del gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) y mensajes como "Ayotzinapa jamás se olvidará".
Estas movilizaciones cuentan con réplicas en otras ciudades de México y del exterior, en solidaridad con los padres de los jóvenes.
Acusaciones a fuerzas del Estado
Varios de los sobrevivientes han acusado a soldados de haber sido responsables también de la desaparición, ya sea por acción o por omisión, lo cual ha sido rechazado por el gobierno. "No tenemos ninguna confianza en los resultados que presentaron los autoridades. Los militares y la policía se los llevaron", dijo Andrea, una joven participante en la marcha, que no quiso dar su apellido a la agencia de noticias alemana dpa. "En México los cuerpos de seguridad tienen una historia de represión de movimientos sociales. Los estudiantes han sido una piedra en el zapato de la oligarquía mexicana", agregó.
El pasado 26 de septiembre, los estudiantes fueron primero perseguidos por policías municipales para evitar que sabotearan un acto político de la esposa del alcalde de la ciudad de Iguala, 200 kilómetros al sur de la capital. Hubo seis muertos, entre ellos uno al que le arrancaron la piel de la cara, y 25 heridos. Según las investigaciones, después de su detención los estudiantes fueron entregados a sicarios del cártel Guerreros Unidos que presuntamente creyeron en un inicio que se trataba de miembros de un grupo rival y que, después de interrogarlos, los asesinaron e incineraron en un basurero para no dejar rastros.
A partir de los restos calcinados presuntamente hallados por la fiscalía en Cocula, un laboratorio de Austria sólo ha logrado identificar hasta ahora a Alexander Mora, uno de los 43 alumnos desaparecidos, aunque realizará nuevas pruebas con una técnica más prometedora. "Alexander Mora no está muerto, el Gobierno tiene tanta maña que te puede quitar un dedo, un diente, una muestra de sangre y la hace fácil para hacer parecer que estás muerto y más aquí en México que se vive tanta corrupción", señaló Hernández. "Voy a luchar pase lo que me pase, voy a encontrar a mi hijo y si algo nos pasa, ya se le dijo a Peña Nieto, toda la culpa para él", afirmó Clemente Rodríguez Moreno, padre de Cristian Alfonso Rodríguez, uno de los estudiantes desaparecidos.
Reclamos sobre el papel del Ejército
Los jóvenes desaparecidos estudiaban en la Escuela Normal Rural "Raúl Isidro Burgos" de Ayotzinapa, que forma maestros entre jóvenes de escasos recursos en el sureño estado de Guerrero. Hasta ahora sólo se ha podido identificar un fragmento óseo de uno de los jóvenes en un laboratorio especializado de Innsbruck, Austria, porque los demás restos están demasiado calcinados o quedaron convertidos en cenizas. Los padres exigen pruebas científicas que les demuestren que sus hijos están muertos.
En las últimas semanas los familiares han reclamado, además, al gobierno mexicano que se investigue el papel que jugó el Ejército la noche del 26 de septiembre en Iguala, debido a que cerca de la zona de Iguala hay un cuartel, pero el Gobierno ha rechazado categóricamente la implicación de las Fuerzas Armadas. Sin embargo, la fiscalía general anunció que daría acceso a los padres de los jóvenes a los cuarteles militares para verificar si sus hijos están allí.
Según un reportaje que publica hoy el diario Milenio, los militares estuvieron al tanto de los enfrentamientos pero no intervinieron, supuestamente porque para ello se requiere que antes las autoridades civiles pidan su apoyo. Según ese medio, tampoco actuó ese día la policía estatal del estado de Guerrero, donde se encuentra Iguala.
RML (efe, dpa)