México: el reto migratorio de AMLO, más allá de Tijuana
7 de diciembre de 2018La esperanza que pregona Andrés Manuel López Obrador (AMLO) también llegó hasta el albergue de Tijuana, que acoge a 2.700 centroamericanos. "Lo que él prometió, que era ayudar al inmigrante, lo ha cumplido. Ya hemos visto que llega más ayuda; estamos en un lugar mejor”, dijo a Deutsche Welle el hondureño Rigoberto Albariga. Antes de su investidura, el gobierno mexicano entrante ya había rentado un espacio mayor, el recinto de conciertos de El Barretal, para trasladar a los migrantes hacinados y en condiciones insalubres.
Desde el ingreso de la Caravana a territorio mexicano, el equipo de transición del gobierno entrante ya había también dado seguimiento a la crisis migratoria para favorecer la regularización de los migrantes en México. "Tengo más esperanza porque nos ha apoyado, nos ha dado permiso para trabajar y movernos por el país”, dijo Kenia Silva, resguarda en una de las carpas del albergue, a DW. Sin embargo, añadió, duda de que la llegada de Amlo al poder sea suficiente para lograr su entrada a Estados Unidos: "Negociar no creo, tal vez no puede, porque Donald Trump tiene el corazón muy duro”.
AMLO y Trump: posiciones enfrentadas
Las posiciones de ambos gobiernos chocan respecto al tema migratorio. Mientras AMLO apuesta por una política más concesiva, como se ha visto en la receptiva acogida de la Caravana, el presidente estadounidense mantiene su férrea línea de ‘tolerancia cero'. La actual crisis humanitaria en Tijuana obliga a enfrentar estas divergencias y coloca la cuestión migratoria como reto prioritario para el recién investido presidente mexicano.
De momento, las negociaciones, llevadas a cabo bajo máxima discreción, no han arrojado resultados concretos. Hace dos semanas, el diario Washington Post filtró un posible acuerdo para obligar a los migrantes a permanecer en territorio mexicano mientras sus solicitudes de asilo se examinaban en Estados Unidos, según declaraciones de la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero. El aún futuro gobierno de AMLO desmintió al instante ese supuesto trato que favorece los intereses de la administración Trump.
"Veo poco viable un pacto de ese estilo, que sería un mensaje distinto al que AMLO dio en campaña, tanto sobre los migrantes como hacia Centroamérica”, señaló a DW el investigador del Colegio Frontera Norte, Gabriel Pérez Duperou, quien añade que "el tema migratorio es una tarea pendiente, ineludible, que con la caravana pasa por un momento decisivo para que sea tratado entre ambos países con premura”.
En efecto, en la misma toma de posesión, AMLO aprovechó la ocasión para firmar un acuerdo junto a los mandatarios de Honduras, Guatemala y El Salvador a fin de sentar las bases para la construcción de un plan de desarrollo integral y combatir así las causas estructurales que provocan la migración.
Al día siguiente, el nuevo el secretario mexicano de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, se reunía con su homólogo estadounidense, Mike Pompeo, para llevarle el acuerdo firmado por AMLO, con el objetivo de atender el problema de raíz en los vecinos del sur. Asimismo, desmintió que su gobierno haya planteado una inversión de 30 mil millones de dólares, junto a Estados Unidos y Canadá, destinada a los países del Triángulo Norte.
Por otro lado, también desconoció que existiera una propuesta de la Casa Blanca para la creación de "un tercer país seguro”, una iniciativa discutida en abril de este año por la que los funcionarios fronterizos estadounidenses podrían rechazar a la mayoría de solicitantes de asilo centroamericanos, obligados entonces a pedir refugio en México.
Gobierno de AMLO tiene "estrecho margen de actuación"
En la práctica, esto es lo que ha sucedido en los últimos años. Estados Unidos ha aprobado menos del 10% de las solicitudes de asilo de centroamericanos, según datos del Departamento de Justicia. Este acumula en sus cortes unos 760.000 casos pendientes debido a los largos procesos de verificación, los cuales pueden demorar entre un mes y medio año en resolverse. En cambio, el Instituto Migratorio mexicano ha concedido alrededor de un millar de visas humanitarias y asilo a los migrantes de la actual caravana en trámites que apenas duran entre cinco y diez días hábiles.
"El gobierno de AMLO tiene un estrecho margen de actuación en la cuestión migratoria. Deberá maniobrar con cautela ante cualquier negociación sobre uno de los temas más espinosos entre ambos países para no dañar las relaciones bilaterales”, señaló a DW el politólogo Salvador Mora, profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam), en referencia a la dependencia de la economía mexicana con Estados Unidos, su mayor consumidor con un 80% de las exportaciones.
De momento, el gobierno federal ha tomado el control de la situación, tras la avalancha hacia el paso fronterizo hace dos semanas y tras reubicar en un espacio adecuado a una Caravana que se ha diluido hasta quedarse en unos tres mil migrantes.
Los ánimos hacia la Alcaldía y entre la población se han calmado, mientras que se ha mitigado cualquier nuevo intento masivo de saltar la valla, y se ha garantizado unas mínimas condiciones humanitarias para los migrantes. La espera puede durar meses. Ese es el margen de tiempo del que dispone AMLO para hallar una salida, a mediano y largo plazo, para una crisis migratoria que en cualquier momento puede estallar de nuevo con otra caravana.
(CP)
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