Más alto, más rápido… y más Facebook
8 de agosto de 2012Pensar en redes sociales sería una forma muy acertada de caracterizar estas Olimpiadas de Londres. A través de estos nuevos medios que marcan el ritmo de la actualidad, cada vez más atletas utilizan estas vías para llegar a sus fans y transmitirles el día a día. Pero además de contactar con los fans, también son las plataformas perfectas para el merchandising propio. Algo que parece no gustar del todo al Comité Olímpico Internacional (COI) que, aunque se alegre del aumento del uso de estos medios, también quiere algunas reglas.
Sin lugar para el azar
Poco después de la medalla de oro en los 100 m., Usain Bolt celebró con una foto su gran carrera compartiéndola con sus fans de Facebook y Twitter. Como es usual en él, la adornó con comentarios de cosecha propia. Las reacciones no se hicieron esperar. “¡Impresionante Usain! ¡El más grande de la historia!”, se comentaba en Twitter entre sus 984.00 seguidores.
En este sentido, el COI no tiene nada en contra de apuntarse a la “nueva” moda. Pero sí en contra de perder el control de la comunicación. Mientras en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 Facebook y Twitter eran un fenómeno marginal, actualmente el alcance de las redes sociales en Londres casi se puede asimilar a los medios de masas. Tanto, que los organizadores crearon incluso su propia red: el “Olympic Athletes' Hub”, plataforma donde el COI intenta condensar la información compartida por Facebook y los tuits de muchos de los deportistas.
Esta nube de información no se puede abandonar al azar y, al igual que la competición, necesita sus reglas. Con directrices de comportamiento de cuatro páginas, los atletas fueron instruidos previamente en cuanto al tono de los comentarios, videos a compartir a través de redes sociales, opiniones personales o la prohibición estricta de anuncios de patrocinadores.
¿Ovejas negras?
Dichas reglas del COI son respetadas con diligencia por la mayoría de los deportistas. Éstos se limitan a alimentar la curiosidad de sus fans con fotos “off the record” y medallas, agradecen los ánimos y comparten las tristezas provocadas por los fracasos. Sin embargo, no todo es tan fácil a la hora de controlar las redes sociales. Ya en la primera semana surgieron comentarios malsonantes, como quejas por retraso de los autobuses, e incluso un par de escándalos en torno a comentarios racistas o agresiones verbales a través de redes sociales. O cosas quizás mucho más banales como las protestas de algunos atletas contra la limitación de la publicidad.
Sin lugar a dudas, la organización no puede ejercer control absoluto sobre la masa de tuits y comentarios en Facebook. Además, la forma de proceder del COI tiene una explicación muy distinta. Con el “Olympic Athletes' Hub” quiere generar un “Rumor” (del inglés buzz) positivo, relegando a un segundo plano las impresiones negativas.
Para los “Community Managers”, está claro que es una obra titánica. Pero todavía más claro está que en estas Olimpiadas ni la radio ni la TV están de moda, sino que el futuro es de Youtube, Twitter o Facebook. Y aunque los deportistas alemanes todavía sean minoría en las redes sociales, muchos más las usarán en las Olimpiadas de Rio 2016. Hasta entonces no solo los atletas serán más profesionales, sino también su masa de seguidores por las redes sociales.