¿Luz verde para una nueva guerra en Irak?
17 de octubre de 2007Apabullante fue la mayoría con que el parlamento turco dio carta blanca al gobierno para lanzar una operación militar en el norte de Irak contra las fuerzas del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK): 507 de un total de 550 parlamentarios votaron a favor de la moción y sólo 19 en contra. Más claro imposible: en Turquía crece la presión por arremeter contra los rebeldes que en las últimas semanas han protagonizado atentados y enfrentamientos armados, con un saldo de una treintena de soldados turcos muertos.
Inquietud en la OTAN
¿Significa esto que estemos en la antesala de una nueva “guerra” en Irak? Los analistas coinciden en destacar que, por el momento, la luz verde otorgada por el parlamento de Ankara apunta más bien a reforzar la posición del gobierno para incrementar la presión sobre Bagdad y Washington. El mensaje resulta inequívoco: o se toman medidas para evitar ataques de las fuerzas separatistas curdas contra blancos turcos, o serán los militares turcos los que tomen el toro por las astas.
Aun cuando la posibilidad de una ofensiva turca no parece inminente, no por eso deja de preocupar a nivel internacional. No sólo el presidente estadounidense, sino también el secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop Schefer, dirigieron sendas exhortaciones a la moderación. Para Ankara, sin embargo, lo que cuentan son los hechos. Y estos ponen a su juicio en evidencia que nadie se ha ocupado seriamente de neutralizar las actividades del PKK o sus organizaciones afines en el norte de Irak.
Escenario fatal para Irak
En Europa el tema preocupa. Por una parte, el jefe de la OTAN dijo comprender la “presión” bajo la que se encuentra Turquía, en vista de las pérdidas ocasionadas por los ataques del PKK. Por otra, no se debe olvidar que la propia Unión Europea califica a dicha organización de “terrorista”. Sin embargo, la perspectiva de una nueva incursión contra los separatistas curdos en el país vecino, donde tienen sus principales bases, plantea un escenario deplorable, teniendo en cuenta que el norte de Irak es prácticamente la única zona “pacificada” del territorio iraquí.
Un nuevo frente de combate en esa región resultaría desastroso para los esfuerzos por restablecer medianamente la seguridad en el país, de por sí bastante menos fructíferos de lo que desean Washington y sus aliados. El paso dado ahora por el parlamento turco vuelve a dejar en evidencia que el gobierno iraquí no está en condiciones de controlar tampoco ese potencial foco de conflicto. Las tropas estadounidenses, por su parte, difícilmente den abasto para una nueva misión. En suma, si se quiere evitar una incursión militar en el norte de Irak, la diplomacia occidental tendrá que convencer a Ankara de que los riesgos de tal paso serían mucho mayores que los beneficios, también para Turquía.