Durante la Guerra Fría, Georgia era la parte de la Unión Soviética fronteriza con un país de la OTAN: Turquía. Allí se construyeron búnkeres para protegerse en caso de guerra nuclear, calabozos secretos para presos políticos y misteriosos túneles. Tornike Kapanadze investiga los búnkeres del país desde 2016 y lleva a los espectadores al más grande del país: un búnker de mando con 135 salas y dos kilómetros de túneles. La arqueóloga Ana Sepashvili investiga las cárceles secretas de la época de Stalin, en las que aún hoy se pueden encontrar huellas de presos de aquella época. Zhana Odiashvili descubre un escondite secreto de Stalin en una casa corriente. Un pozo conduce a una imprenta subterránea. Stalin planeó uno de los mayores delitos de la época: atracar el banco estatal de la capital georgiana, Tiflis.