Lucha por los derechos humanos
13 de mayo de 2011Episodios de injusticia en todo el mundo y la lucha por la verdad han liberado un enorme impulso en defensa de los derechos humanos. El actual informe anual de Amnistía Internacional documenta los tiempos agitados en que vivimos. Una muestra es el caso del joven diplomado que vendía verduras para ganarse la vida en Túnez y que, por no soportar más la represión y las chicanas del aparato estatal tunecino se inmoló. Una historia triste entre muchas en el mundo. Que su inmolación haya desatado la Revolución del Jazmín en Túnez y, como consecuencia, los levantamientos populares en todo el mundo árabe es un símbolo más de la inagotable esperanza del ser humano en lograr más justicia y libertad.
Un instrumento poderoso
En su misión por los derechos humanos, Amnistía Internacional y otros grupos de activistas cuentan con un poderoso instrumento: la tecnología digital. Pueden informarse, investigar y comunicarse más allá de muros y fronteras a través de la televisión, de Internet, de los mensajes de texto y de las redes sociales.
El secretario general de AI, Salil Shetty, se refirió a que nos encontramos en una época de transición en la historia de los derechos humanos. Esto se debe a que la información crea también una nueva conciencia y fortalece a quienes se rebelan contra Gobiernos que se oponen a que sus ciudadanos gocen de los derechos fundamentales.
Cuando el poder de un Estado se basa sobre todo en la violencia, la represión y el control de la información en lugar de fundamentarse en el consenso obtenido a través de elecciones limpias, entonces sigue sin cumplir con el derecho humano a la libre opinión y, además, tampoco garantiza el derecho a libertad de reunión, vinculado íntimamente a éste. Pero la nueva transparencia que ofrece Internet desenmascara la realidad y revela la impotencia que sienten los poderosos.
Gobiernos deben dar explicaciones
Esa impotencia provoca que los gobernantes de Siria, Irán, China y otros lugares se defiendan. A pesar de que siguen disponiendo de un aparato estatal represivo que les permite encerrar a los opositores en cárceles o asesinarlos, hace tiempo que ya no pueden lograr silenciarlos. Las noticias, fotos o videos que se colocan en la red se difunden en fracciones de segundo por todo el globo y los gobiernos no tienen ninguna posibilidad de controlar esas informaciones y opiniones.
También los gobiernos occidentales pasaron por la misma experiencia, sobre todo los EE. UU., cuando cientos de miles de documentos sobre la guerra en Afganistán e Irak y acerca de las relaciones diplomáticas entre los Estados, que todavía están siendo evaluados, fueron revelados por Wikileaks. También en este caso, los gobernantes tuvieron que dar explicaciones.
“Un caballo salvaje”
Amnistía Internacional confirma en su informe anual la lucha por el poder de la información en Internet, una lucha que también llevan cabo los hackers y en la cual la protección de la esfera privada y de la seguridad del individuo quedan en el camino.
Pero eso no es motivo para que Amnistía Internacional, a sus 50 años de trabajar por los derechos humanos, renuncie a utilizar las posibilidades tecnológicas. La organización se une a las palabras de la bloguera cubana Yoani Sánchez, para quien Internet es un “caballo salvaje que no se deja domar”. Pero, sobre todo, también representa una esperanza para poder superar la represión, la exclusión, el sometimiento y la falta de oportunidades.
Autora: Ulrike Mast-Kirschning
Editor: Enrique López Magallón