Los traumas afloran en el juicio por ataques de París
7 de septiembre de 2021Desde el 13 de noviembre de 2015, Sebastien Dauzet se siente vulnerable. Esa noche, nueve hombres armados atacaron lo que él considera el corazón de su barrio.
Los terroristas mataron en total a 130 personas en el estadio Stade de France, en varios bares y el local de música Bataclan. Fue el atentado terrorista más sangriento de Francia desde la Segunda Guerra Mundial.
Dauzet trabajaba de camarero en La Bonne Bière, en el noreste de París. Esa noche, el restaurante se convirtió en un campo de batalla.
"De repente, todo el mundo corría”
"A las 9:30 de esa noche, pensé que estaba escuchando fuegos artificiales, no entendía lo que estaba sucediendo", dijo a DW el hombre de 41 años, mientras estaba de pie frente al local, donde ya no trabaja. "De repente, todo el mundo corría. Miré hacia afuera y vi a los atacantes disparando sus kalashnikovs. Era como en una película. Me tiré al suelo y me quedé allí un rato", recuerda.
A solo 2 kilómetros al sureste, otros terroristas también dispararon contra personas en el bar La Belle Equipe. "Tengo un amigo italiano, Fil, cuya novia mexicana estaba en una fiesta de cumpleaños aquí. Le había propuesto matrimonio apenas dos meses antes", explica en frente del local. "Ella murió en el ataque", dice.
Dauzet cruza la calle y se para frente a una placa conmemorativa fijada a una pared y decorada con flores. En ella aparece el nombre de Michelli, la prometida de su amigo. "Era un ángel. Era hermosa, inteligente, de buen corazón. Aún la extrañamos", dice con lágrimas en los ojos.
Mayor juicio penal de la historia
La Justicia francesa procesa a 20 personas por estos brutales atentados. Se cree que solo uno de los acusados, Salah Abdeslam, estuvo directamente involucrado en los ataques, conduciendo a los terroristas a los lugares y participando en la fabricación de explosivos. Los otros 19, algunos de ellos in absentia o dados por muertos, están acusados de haber planeado y organizado los atentados o de ayudar a los terroristas. Se espera que el juicio dure al menos nueve meses e involucre a 1.800 demandantes y a más de 300 abogados.
Cicatrices psicológicas profundas
Thierry, un hombre de 56 años que prefiere que no se publique su apellido, se encuentra entre los demandantes. Sobrevivió al ataque de Bataclan escondiéndose con otros en un camerino durante horas, mientras tres hombres armados masacraron a 90 personas durante un concierto del grupo Eagles of Death Metal.
"Cuando la policía finalmente nos liberó, nos escoltaron hacia fuera, hacia la puerta principal. Miré y vi varios cuerpos tirados en el suelo, en la esquina de fumadores", explica a DW mientras señala hacia un tramo de acera en frente de Bataclan.
Él trabaja en la industria del turismo, cree que tuvo mucha suerte, pero detrás de su alegre sonrisa hay profundas cicatrices.
"No creo que la herida cicatrice nunca", dice. "En cuanto tienes un problema en la vida cotidiana, el trauma vuelve. Y duermo muy poco, me sigo despertando. Todas las noches, sueño que estoy luchando con un arma contra terroristas para salvar vidas", explica.
Añadió que es poco probable que el juicio cambie algo: "Por supuesto, testificaré, también porque el juicio se filmará para los archivos y las generaciones futuras", dice. Pero no espera nada espectacular, añade.
"Los acusados no llorarán ni se disculparán. Simplemente pagarán por lo que han hecho, y espero que reciban sentencias duras", reconoce.
Algunos supervivientes "esperan demasiado”
Pero no todos los supervivientes podrán manejar sus expectativas tan bien como Thierry, piensa la psiquiatra Delphine Morali, que trabaja en el centro de psicotrauma del Instituto de Victimología en el noreste de París, donde se instaló una unidad de crisis después de los ataques. Morali todavía tiene unos 20 supervivientes entre sus pacientes.
"Algunos de ellos continúan luchando por llevar una vida normal", explica. Algunos, como Thierry, "todavía sufren síntomas como hipervigilancia e insomnio". "Algunos supervivientes esperan demasiado de este juicio", dice Morali. "Es un paso importante que se reconozca el dolor infligido y se sancione a los atacantes, pero eso por sí solo no será suficiente para recuperarse del trauma", continúa.
Agregó que muchos se habían quedado con un sentimiento general de inseguridad, ya que desde entonces se han producido otros ataques. En total, más de 250 personas han sido asesinadas por terroristas en Francia desde 2015.
Enorme vacío
Matthieu Mauduit, de hecho, anticipa que podría sentirse decepcionado por el juicio. Su hermano Cedric, de 41 años, fue asesinado en el ataque al Bataclan.
"Sigo tomando antidepresivos y no hay un día en el que no piense en él", dijo a DW. Dice que le debe a su hermano ser uno de los demandantes durante el juicio.
"Realmente espero que obtengamos algunas respuestas, pero estoy tratando de no generar falsas esperanzas; los acusados ciertamente no se disculparán, ya que están atrapados en su fanatismo y ni siquiera reconocen nuestro sistema de justicia", dice.
Juicio desde la distancia
El barman Dauzet, mientras tanto, ha decidido que verá el juicio desde lejos. "No creo que participar sea bueno para mí. Además, ya hay suficientes demandantes", agrega.
La noche de los ataques, Dauzet planeaba estar en Bataclan con su novia de entonces en el concierto, quien también trabajaba en un bar. Pero ninguno de los dos pudo tomarse la noche libre. Y mientras contempla la placa conmemorativa de las víctimas al otro lado de la calle, la realidad lo sorprende de repente: "Me acabo de dar cuenta de que también podría haber estado mi nombre escrito aquí, duele mucho", murmura.
Dauzet planea mudarse pronto al campo, para dejar atrás esta ciudad y sus escalofriantes recuerdos.
(rmr/ms)