Es el último golpe del régimen talibán contra las mujeres afganas: a partir del próximo agosto todos los salones de belleza del país tienen que cerrar. Estos locales eran el último refugio de las mujeres, a las que ya se prohíbe ir a la escuela, a la mayoría de los trabajos e incluso a los espacios públicos. Pero para muchas mujeres el problema es aún más grave: les quita su único medio de vida.