Los socios de Bagdad
20 de octubre de 2002En Bagdad se hacen los últimos preparativos para la feria internacional "Baghdad International Fair", como si la amenaza de guerra en contra de Irak no existiera. En el 2001 cerca de 1.650 expositores de 47 países y más de 600.000 visitantes acudieron a la única feria de peso internacional de este país. En el 2002 con seguridad no se alcanzarán estos niveles. Aún así, a la luz de la presencia europea, más de un agudo observador no pierde la oportunidad para comentar irónicamente que los productores del viejo continente echan las raíces para la cosecha después de la guerra.
Una feria universal
Ya desde ahora el mercado iraquí padece de una fuerte necesidad de casi todo. La escasez es en este país la normalidad. De ahí que no sorprenda que esta feria cubra una enorme gama de áreas. La Baghdad International Fair (BIF) ofrece de todo, desde productos del área de la construcción, técnicas de abastecimiento de agua potable y alcantarillado, construcción de maquinaria desde agrícola hasta de empaques y también decoración de hotelería. Es pues una respuesta a las inmensas necesidades de una nación en crisis.
Fuerte presencia europea
Son especialmente las empresas europeas las que no han cejado en su intensión de presentarse en la feria de Irak. Tan solo de Alemania se presentarán 100 expositores, tanto empresas pequeñas y medianas como las más grandes. Los consorcios Siemens, Daimler Chrysler o Linde estarán en la BIF. En la economía no hay lugar para el temor o miramientos por la política implementada por el régimen del dictador iraquí Saddam Hussein. Así por lo menos lo aclara la representante de la Asociación Comercial del Cercano y el Lejano Oriente, Helene Rang, quien sostiene que la economía no puede supeditarse constantemente a la política.
No se deja irritar por la guerra
Existe el temor generalizado entre los productores alemanes de quedar relegados por la competencia rusa y francesa en este mercado, que después de una posible guerra resultará aún más interesante. Así que la consigna parece ser en este momento ponerse en posición y no dejarse irritar por crisis políticas. Después de la guerra, Irak previsiblemente tendrá que hacer inversiones millonarias para la reconstrucción de su infraestructura. Y por qué dejar a los franceses, tradicionalmente los socios comerciales más importantes de Irak, el campo abierto. Después de la guerra del Golfo Pérsico en 1991, Francia afianzó sus lazos comerciales con Irak y desde entonces ha hecho negocios por miles de millones de dólares con este país.