Los riesgos de Guardiola
23 de junio de 2013
En Múnich se ha montado un gran espectáculo para recibir como a uno de los suyos al entrenador más exitoso del fútbol de clubes. Los 14 títulos alcanzados por Pep Guardiola en cuatro años al frente del Barcelona lo bañan con un enorme prestigio, y la combinación con el Bayern, equipo campeón de la Champions League que acaba de cumplir una temporada histórica al ganar los tres trofeos que disputó en la temporada, parecen dar solamente espacio a una ciega fe en un brillante futuro.
Sin embargo tanto Guardiola como el Bayern tienen un pasado que no está libre de errores, por más victorias que les adornen, y si las cosas a la vuelta de un par de temporadas no les salen bien, ambos van a sufrir pérdidas difíciles de reparar.
Las sombras de Guardiola
Más allá de sus comprobadas virtudes para conducir a un equipo a la victoria, y conservar en sus integrantes el hambre de triunfar, el nuevo entrenador del Bayern también cuenta con algunas sombras detrás del resplandor que le acompaña.
Una de ellas es su política de fichajes, menos afortunada de lo que se quiere reconocer públicamente. Guardiola es responsable, como entrenador, de seis de las 10 más costosas contrataciones del Barcelona en toda su historia, en las que el club catalán gastó una cifra superior a los 200 millones de euros.
De los jugadores adquiridos por Pep Guardiola sólo Dani Alves es titular indiscutible. Estrellas en la selección española como Cesc Fábregas o David Villa no fueron parte regular del equipo bajo su conducción, como tampoco lo fue el chileno Alexis Sánchez. Además, en esa lista están también el sueco Zlatan Ibrahimovic y el ucraniano Dmitro Chigrinski, quienes pese a lo costosos que fueron tuvieron un paso fugaz por el club catalán.
Otro aspecto muy celebrado en cuanto a la forma de trabajo de Guardiola, ha sido su respaldo a la promoción de los jugadores de la cantera. Durante sus cuatro años en el Barcelona, 22 talentos de las divisiones inferiores, educados en la academia del club, debutaron en el primer equipo, a un promedio de más de cinco por temporada.
De otro lado, de esos 22 futbolistas solamente Sergio Busquets, quien también jugó con Guardiola en el Barcelona B, ha sido pieza clave del plantel profesional. Todas las otras promesas a las que el nuevo entrenador del Bayern les abrió la puerta, aún no han consolidado su carrera, o han tenido que hacerlo fuera de su club de origen.
El Bayern: entre el querer y el poder
Con Guardiola el Bayern, que no solo es el más importante club del fútbol alemán sino uno de los más prestigiosos y exitosos del mundo, intenta por tercera vez en menos de seis años renovar sus estructuras en procura de conseguir la inconfundible identidad que tanto ansía, aquella que caracteriza precisamente al Barcelona, el antiguo hogar de su nuevo entrenador.
Pero no hay que olvidar, especialmente ahora que el valor de la apuesta con Guardiola es tan alta, que en el pasado el Bayern ha querido más de lo que ha podido. A Juergen Klinsmann y Louis van Gaal se les encargó la tarea, pero ninguno de ellos pudo terminarla al chocar con unas directivas deseosas del cambio, pero carentes de la convicción de llevarlo completamente a cabo.
Klinsmann dejó como herencia modificaciones estructurales en el funcionamiento del club que todavía se conservan, mientras que Van Gaal sentó las bases de la filosofía futbolístia que el exitoso equipo actual aún juega. Ambos, sin embargo, se marcharon como resultado de una agria disputa con los directivos, encabezados por el presidente Uli Hoeness.
Los riesgos de un Guardiola repitiendo errores del pasado, esta vez sin los éxitos que en Barcelona los ocultaron, y de un Bayern maniobrando más con las ganas que con la capacidad de transformarse, están latentes. La combinación podría ser un cóctel explosivo, incluso para bien si las dos partes que este lunes se unen han cambiado y madurado.
Autor: Daniel Martínez
Editor: Diego Zúñiga