Producción ecológica de fresas en México

Objetivo del proyecto: empresarios y agricultores deben promover conjuntamente la biodiversidad. El objetivo es una agricultura sostenible que beneficie a todos: agricultores, empresas y naturaleza.

Financiación del proyecto: el programa "Integración de la Biodiversidad en la Agricultura en México" está financiado por la Iniciativa Internacional para la Protección del Clima (IKI, por sus siglas en alemán) con más de cinco millones de euros (unos seis millones de dólares).

México es el tercer productor mundial de fresas, después de China y Estados Unidos. El estado de Michoacán se considera la principal región productora. Cientos de pequeños agricultores se han especializado aquí en las frutas dulces.

Sin embargo, muchos de ellos ganan muy poco dinero. Los monocultivos y las prácticas agrícolas anticuadas están pasando factura al suelo. El agua es cada vez más escasa. El programa Madre Tierra está ayudando a los agricultores a cambiar a formas de cultivo más ecológicas.

Isidro Ramírez es uno de los agricultores más antiguos que participa en el programa. Ahora ahorra agua mediante un sistema de riego. Entre otras cosas, la rotación regular de cultivos debería aumentar pronto el rendimiento.

En el proyecto Madre Tierra participan la Agencia de Cooperación alemana (GIZ, por sus siglas en inglés) y las empresas que procesan y venden las fresas después de la cosecha (Danone-Ecosystem, Frexport, Fundación Walmart de México, Nuup y TechnoServe). La GIZ asesoró a los productores de fresas en el marco del proyecto "Integración de la Biodiversidad en la Agricultura en México”.

Para permitir la regeneración del suelo, Isidro Ramírez deja ahora algunas zonas en barbecho. De este modo, se crean zonas de floración natural. El empresario agrícola quiere promover la polinización con sus nuevas colmenas.

Además, ahora utiliza una nueva aplicación que le ayuda a utilizar menos fertilizantes. Este programa está financiado por la Iniciativa Internacional para la Protección del Clima (IKI, pos sus siglas en alemán) y ejecutado por la GIZ.

Un videorreportaje de Aitor Sáez