Los planes verdes de China
28 de agosto de 2012La noticia de que China invierte enenergías renovables ya dio la vuelta al mundo. Sin embargo, esta noticia se actualiza constantemente, ya que el gobierno en Pekín cada vez se propone nuevas metas. Los planes actuales prevén cuadruplicar la capacidad de producción de energía eólica, fotovoltaica y biomasa. En números, eso implica un incremento de 50 gigavatios en 2010, a 200 gigavatios en 2020. Para tener una mejor idea de las dimensiones, debemos pensar que una metrópolis europea con 5 millones de habitantes consume una media anual de un gigavatio.
El gran imperio chino que en 2005 promulgó su primera ley sobre energías renovables, ya es el líder mundial en la producción de la tecnología verde. Según Worldwatch, China es el primer productor mundial de bombillas de bajo consumo, de plantas eólicas y de módulos fotovoltaicos. Gracias a la subvención estatal, la República China lleva también la delantera en el uso de hornillos que ahorran energía, así como de colectores termosolares.
La energía hidráulica es más importante que la energía eólica
China invierte como ningún otro país en el desarrollo de energías renovables. No solamente la producción de equipos técnicos crece a pasos agigantados, sino tambiénsu capacidad de producir electricidad verde. El país da prioridad a la energía hidráulica, que es la fuente de energía renovable más importante después de la biomasa. La biomasa consiste en los carburantes como el abono y la madera, y en los residuos orgánicos y el biogás.
China planea construir gigantescas presas que tendrán la capacitad de producir 120 gigavatios, el equivalente a 120 plantas nucleares. Además, se prevé incrementar la capacidad de energía eólica hasta alcanzar la generación de 100 gigavatios en 2015, el doble de lo que el país produce actualmente. La tecnología fotovoltaica se encuentra claramente posicionada en el tercer lugar. China se ha propuesto incrementar la capacidad de producción a 15 gigavatios en un periodo de 5 años.
Además, en China se considera a la energía atómica como una fuente de energía limpia. Para 2015 se planea construir 25 reactores nuevos, el equivalente a ocho veces más de la capacidad actual.
Aún así, el carbón sigue generando el 80% de la electricidad necesaria. Desde un punto de vista estadístico, cada semana se suma a la red una nueva central carboeléctrica. El gobierno, no obstante, no ve con buenos ojos este desarrollo. "Y tampoco la población", sostiene Susanne Langsdorf, la especialista en temas sobre China del instituto de medio ambiente Ecologic. "La contaminación del aire es un problema sobre el que se discute a diario, principalmenteen la ciudades".
La economía es lo más importante
El boom de las energías renovables significa dejar de depender del carbón. Esto beneficiaría también a la población, ya que cada año mueren muchos habitantes a causa de enfermedades de las vías respiratorias. Sin embargo, hay otro objetivo que es más importante: reducir el alto consumo de energía de la industria. Debido a que los precios del petróleo y del gas suben constantemente, el alto consumo de energía representa grandes gastos para el país.
China, que hasta los años noventa exportaba petróleo, hoy en día se ve obligada a importar más de la mitad de la cantidad del petróleo que consume. Claudia Kemfert, economista de medioambiente del Instituto Alemán de Investigación Económica, sostiene en una entrevista que "el crecimiento económico se debe separar del consumo de recursos naturales. De lo contrario, será casi imposible de sostener".
Para China, el crecimiento económico es tanto una bendición como una maldición. El país se ha propuesto generar un crecimiento más limpio, eficiente y menos costoso, utilizando energías renovables. Sin embargo, no quiere poner en peligro su crecimiento ratificando acuerdos medioambientales vinculantes. China es el productor de emisiones de CO2 más grande del mundo yha aceptado reducir sus emisiones para 2020. Sin embargo, solo se trata de términos relativos. Es decir, ha acordado reducir de un 40% a un 45% por cada unidad de producto interno bruto en comparación con 2005.
En números absolutos, eso significa que las emisiones de CO2 no se van a reducir, simplemente se van a incrementar más lentamente. Este objetivo que fue proclamado a principios de 2010 contiene además otras medidas de protección medioambiental que fueron decretadas ya en 2005. Es decir, que detrás de estos compromisos, se vende gato por liebre.
La responsabilidad institucional fragmentada
Vale la pena mirar detrás de la fachada. Susanne Langsdorf, especialista de Ecologic, que trabajó en temas de energía para la Friedrich Ebert Stiftung en Pekín, sostiene que se está haciendo mucho en el país pero que todavía quedan muchos problemas internos por resolver. "Uno de los grandes problemas es la responsabilidad fragmentada", dice. China no es un Estado central altamente organizado que implementa las leyes sin problema alguno. Hay muchos organismos gubernamentalesque están a cargo del desarrollo energético, y no existe un ministerio de energía.
En primer lugar están los gobiernos de las provincias, que son susceptibles a la corrupción y que muchas veces carecen de personal capacitado y de dinero. Aparte del organismo político supremo, el Consejo de Estado, hay tres organismos más que están a cargo a nivel nacional. La poderosa Comisión Estatal de Desarrollo y Reformas (NDRC, por sus siglas en inglés) dictamina los precios de la energía. La Agencia Nacional de Administración Energética estásubordinada a la NDRC, y surgió en 2008 de la Comisión de Reformas. La Comisión Nacional de Energía (NEC, por sus siglas en inglés), encabezada por el Primer Ministro Wen Jiabao, es la que está a cargo de coordinar todo.
La falta de eficiencia
A las dificultades de coordinación institucional se suma otro problema: el uso ineficiente de la energía. Hay estudios que sostienen que el gran imperio tiene el potencial de ahorrar un 50% de la energía que consume. Para alcanzar este ahorro sería necesario sanear millones de casas viejas y renovar miles de centrales eléctricas. "Es un proceso que avanza lentamente", sostiene Susanne Langsdorf. "Otro problema, al igual que en Europa, es la lenta expansión de la red eléctrica". Deahí que un tercio de las plantas eólicas no esté aún conectadoa la red. El gobierno chino invierte el equivalente a 100 mil millones de dólares americanos en la expansión de la red.
A mediano plazo, la industria solar también se va a beneficiar de las inversiones. Hasta ahora, en China, la industria aúnno está explotando todo su potencial y tan solo se han instalado unas pocas plantas solares. El sector va a crecer además porque el gobierno ha establecido una prima para la electricidad solar, como lo hizo el gobierno alemán hace algunos años. Las personas o empresas que produzcan energía solar y alimenten la red de corriente eléctrica recibirán una remuneración fija.
La industria solar alemana, que fue líder en el campo y ahora entró en crisis por la competencia china, ve con escepticismola influencia de China en Europa. "Las empresas chinas muestran gran interés en las empresas alemanas, sobre todo por las patentes", dice Bernward Janzing, periodista en temas de energía. Los inversores de Pekín ya son dueños de un gran número de acciones de las empresas del sector, por ejemplo la empresa de energía solar alemana Sunways o el gigante energético de Portugal, el grupo EDP. De esta manera, abren un nuevo capítulo en su historia de éxitos.
Autor: Torsten Schäfer / CS
Editora: Lydia Aranda Barandiain