Los pescadores de Fukushima temen por su supervivencia
La compañía de electricidad japonesa Tepco quiere verter al mar más de un millón de toneladas de agua de refrigeración tratada procedente de la central nuclear clausurada. ¿Significa esto el fin de la pesca en la región?
El viejo y el mar
Ya asoma el sol en el horizonte cuando el pescador Haruo Ono, de 71 años, descarga sus presas en el pequeño puerto de Shinchimachi. Desde hace medio siglo, Ono, pescador en la tercera generación, se hace a la mar desde Shinchimachi, a solo 55 km al norte de la planta de energía nuclear Fukushima Dai-ichi, el lugar donde ocurrió uno de los peores desastres nucleares del mundo en 2011.
Pescar para sobrevivir
Mientras limpia su pescado, Ono recuerda el día que lo cambió todo: el 11 de marzo de 2011, un terremoto de magnitud 9 provocó un tsunami con enormes olas en la costa este de Japón. El pescador sobrevivió en su bote, pero su casa en tierra fue destruida. Perdió a un hermano menor. El tsunami también golpeó la planta de energía nuclear de Fukushima.
Pesca en aguas contaminadas
La radioactividad liberada durante la catástrofe nuclear de Fukushima paralizó por completo la industria pesquera de la región. Tras 12 años, hay signos de una ligera recuperación en los precios del pescado. Ono considera "intolerables" los planes de la compañía energética Tepco de desviar el agua contaminada al mar: "Entonces tenemos que empezar de cero otra vez", advierte.
Tanques de agua contaminada
La manzana de la discordia: los innumerables tanques de agua sobre el terreno de la planta nuclear siniestrada de Fukushima. Según las autoridades, los tanques deben ser retirados antes de la reconstrucción del lugar. El agua se usó principalmente para enfriar los reactores luego de la catástrofe.
Discusión sobre el agua refrigerante
Un empleado de Tepco sostiene una prueba de agua procesada, que se filtra y se diluye. Tepco y el gobierno afirman que así ya no es peligrosa. Pero contiene rastros de tritio, y, aunque este isótopo radioactivo es relativamente inofensivo, los pescadores temen que, al verterse el agua en el mar, esta pueda terminar otra vez con la base de sus ingresos, y que tengan que empezar otra vez de cero.
¿Todo bajo control?
La empresa de energía Tepco y el Gobierno de Tokio confían en estándares de pruebas de radiación, que son más estrictos que los de otros países que también descargan agua procesada. El lanzamiento también fue aprobado por la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA). "Tenemos el equipo para hacer que el agua sea segura", dijo a Reuters el portavoz de Tepco, Tomohiko Mayuzum.
Piscicultura en la central nuclear
Para demostrar cuán inofensiva es el agua tratada, Tepco está criando lenguados en tanques en la planta de energía Fukushima Dai-ichi fuera de servicio. Toshihiro Wada, de la Universidad de Fukushima, puede comprender las preocupaciones de los pescadores: el anuncio de Tepco de que drenaría el agua contaminada fue "desafortunado" para las pesqueras de la región, que recién se están recuperando.
La pesca, primordial para la supervivencia
Antes de vender el pescado, Haruo Ono vierte su captura en un tanque de agua, en el puerto. Está enojado con Tepco: "El mar no es un bote de basura", dice, y pregunta: "¿Por qué vierten el agua al océano en Fukushima? ¿Por qué no en Tokio u Osaka?". La gente de la región ya ha sufrido bastante, y ahora se les hace la vida aún más difícil, dijo en entrevista con Reuters.
Trabajar en el mar hasta morir
Ono se encuentra en el lugar donde antes estaba su casa. Después del tsunami, el área se convirtió en un parque. Aunque su nuevo hogar está cerca de allí, el hombre de 71 años quiere "trabajar en el mar" hasta su muerte. Pero es pesimista sobre el futuro de la pesca: "Es demasiado insegura para vivir", lamenta.