“Los periodistas en México vivimos entre dos frentes”

El veterano periodista mexicano José Raúl Olmos Castillo (León, Guanajuato, 1969) es uno de los dos ganadores del primer galardón del Premio Alemán de Periodismo Walter Reuter, que se entregó este miércoles (22.11.2017) en la sede del Goethe Institut de Ciudad de México. Junto a su compañero, el también mexicano Daniel Lizárraga, publicó entre febrero y agosto de 2017 la investigación "La negra historia de Odebrecht en México”, una serie de 11 capítulos sobre los privilegios otorgados a la constructora brasileña durante los gobiernos de los presidentes Vicente Fox, Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto.

Deutsche Welle, una de las diferentes entidades alemanas convocantes del galardón, entrevistó al periodista Olmos para hablar sobre libertad de expresión, corrupción y periodismo en México.

¿Qué significa para usted, tanto a nivel personal como profesional, recibir un premio como este por su labor periodística?

Sobre todo es un reconocimiento a la labor que está realizando la organización a la que pertenezco, Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad. No necesariamente es una organización periodística, sino es una organización civil que tiene una unidad de periodismo de investigación cuya intención es generar reportajes e investigaciones que tengan un impacto en la sociedad, donde denunciemos redes de corrupción. El hecho de que organizaciones alemanas convocantes del premio reconozcan esta labor significa que vamos en la línea correcta en investigar estas redes de corrupción, siempre buscando combatir la impunidad.

Si tuviera que resumirlo en unas palabras, ¿cómo describiría la aportación social y política de la publicación de una serie como "La negra historia de Odebrecht en México”?

Es una forma de desnudar operaciones o actividades que se habían venido realizando de forma encubierta y que el Gobierno de México había tolerado. El caso de Odebrecht yo lo sintetizo como un gran caso de impunidad en México, porque a pesar de las evidencias que hemos publicado, no ha habido sanción ni castigo alguno, ni contra funcionarios ni contra la empresa.

¿Es optimista respecto a que el resultado de las pesquisas que usted realizó con su compañero abra una vía para hacer justicia?

Esa es la aspiración que tenemos como organización: que los indicios que aportamos en las investigaciones sirvan como elementos de prueba para procesos e investigaciones legales que se inicien. En ese sentido ya hemos tenido algunos éxitos como organización, casos en los que las investigaciones no se quedan solo en la denuncia. Como periodistas esto nos deja de alguna forma satisfechos, pues nuestras investigaciones no quedan en el olvido, sino que han logrado trascender.

En este sentido, ¿cree que el periodismo, pese a todos los cambios que está experimentando en esta etapa de transición hacia nuevos formatos, conserva su papel de vigilancia del poder?

Sí, yo creo que ahora más que nunca. No solo el hecho de que estén surgiendo otras plataformas, sino también el que se generen nuevas formas de financiar el periodismo independiente. Estas plataformas abren un espectro muy amplio para los periodistas de que el trabajo que realizamos se conozca. Antes teníamos las limitaciones de espacio. La circulación máxima de un periódico en México era de 100.000 ejemplares diarios. Ahora con los medios digitales tenemos la posibilidad de llegar a millones de personas y que nuestras investigaciones tengan mucho más impacto.

En contextos como el mexicano, ¿cuál es en su opinión el papel de premios de periodismo como el Walter Reuter?

Es un premio que tiene ya más de 10 años y que ha contribuido a desarrollar de alguna forma el periodismo de investigación y el periodismo independiente en México, porque las investigaciones premiadas han sido de alto calibre que cada año han alentado a más y más periodistas a realizar investigaciones de este tipo. De hecho, para nosotros es uno de los premios más prestigiados en México.

¿Por qué es importante que un país como Alemania apoye, tanto económicamente como en el sentido simbólico y político, la libertad de expresión en México?

Porque creo que Alemania es un referente de libertad, de respeto a los derechos. El hecho de que organizaciones de esta nación apoyen y auspicien proyectos periodísticos aquí es un aval de la labor que estamos desempeñando. Y, además, es un soporte a nuestro periodismo independiente.

¿A qué desafíos se enfrentan los periodistas mexicanos a la hora de informar sobre cuestiones relacionadas con el Estado de derecho?

Enfrentamos problemas muy diversos. La amenaza del narcotráfico y el crimen organizado es quizás la más peligrosa, pero no es la única. Hay otras formas de control y presión que se ejercen contra los periodistas. En el caso de las diferentes autoridades, no se ejerce solo como una censura o un intento de presión directa, sino también de presiones indirectas. Por ejemplo, el reparto discrecional de la publicidad gubernamental se utiliza como método de presión. Sin embargo, se han dado casos, que están documentados, en los que también las autoridades gubernamentales han agredido a periodistas. Nos encontramos entonces con que vivimos entre dos frentes. Por un lado, las amenazas del crimen organizado; por otro, las presiones gubernamentales.

Entre otras muchas cosas, México es tristemente conocido por los numerosos casos de asesinatos de periodistas. ¿Qué le anima a seguir adelante con una profesión que puede llegar a ser tan peligrosa?

Lo que nos anima es precisamente tratar de contribuir a que se restablezca un pleno Estado de derecho en nuestro país, que haya un pleno respeto de las leyes, que se combata la corrupción, que haya menores niveles de impunidad. Esto es lo que nos alienta y anima. Mantenemos vigente la esperanza de que podemos contribuir como periodistas a lograr cambios para bien del país, aunque sea poco a poco.

Autor: Enrique Anarte (VT)