Los Patriotas, un partido en busca de su programa
19 de febrero de 2018La primera tarea del presidente de un partido es, sin duda, la más importante de todas: dar a conocer la existencia del partido. Ese era el objetivo del congreso de partido que se celebró el domingo (19.02.2018) en la pequeña ciudad de Arrás, en el departamento de Pas-de-Calais, noroeste de Francia. Allí fue presentado "Les Patriotes” (Los Patriotas) al público, que no tenía muy claro lo que podía esperarse de este nuevo actor en el escenario político francés.
Son pocos los que hasta ahora han abierto su corazón a los "Patriotas”: alrededor de unos 3.000. Un número insuficiente para proporcionar al partido una base económica sólida. Y es que los organizadores del primer congreso no pudieron evitar tener que cobrar la entrada. De otra forma, no hubiera sido posible reunir los 15.000 euros que costaba el alquiler de la sala. Pero ni siquiera las fundas de móviles con el logo del partido, que estaban a la venta en internet por 24 euros, han podido llenar sus arcas.
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El encanto de los congresos baratos
Si bien todos los comienzos son difíciles, a la competencia política bien establecida tampoco le va bien, dice Florian Philippot, presidente de los "Patriotas”. De hecho, el Frente Nacional celebra su congreso en una semana y lo hará en la cercana Lille. La razón es bien práctica: en el norte es más barato el alquiler de las instalaciones que en París.
Philippot, nacido en 1981, sabe bien de lo que habla: hace apenas unos meses era subjefe del Frente Nacional, directamente debajo en la jerarquía de la presidenta, Marine Le Pen. A lo largo de los meses se fue haciendo cada vez más grande la brecha entre ambos, hasta que en septiembre del año pasado Philippot anunció que su grupo de los "Patriotas” se convertiría en partido. Entonces se selló su divorcio político con Le Pen.
Prehistoria de la fundación de un partido
El origen del desencuentro, según el diagnóstico de la prensa francesa, se remite a una cuestión muy básica: la enorme ambición de Philippot. Desde hacía mucho tiempo había contribuido a dar forma a los fundamentos de la ideología y la orientación del Frente Nacional. Y tiene parte de responsabilidad en la expulsión del fundador de la formación, Jean-Marie Le Pen. Philippot insistía en que el partido tenía que abrirse a más capas ciudadanas, lo cual era imposible mientras siguiera ahí el fundador, de una ideología de extrema derecha. El argumento surtió efecto, también en la hija de Le Pen, Marine, al frente del FN desde 2011. Ella se hizo cargo de deshacerse políticamente de su padre en 2015.
Pero la impronta de Philippot en el partido viene de antes. Cuando, en noviembre de 2012, el Gobierno de Hollande aprobó el proyecto de ley para el matrimonio igualitario, Le Pen no dejó que la mayoría de los miembros de su partido, opuesta al matrimonio homosexual, se manifestase en nombre del FN. Esto fue una concesión de cara a las capas burguesas que el partido aspiraba conquistar. Al mismo tiempo, sin embargo, era una concesión personal, incluso un gesto de amistad. En diciembre de 2014, la revista Boulevard reveló que Philippot era homosexual. Él se quejó dos días después de la indiscreción de la revista, pero confirmó la noticia. Y el electorado del FN, desde el conservadurismo a la extrema derecha, lo aceptó.
El camino intermedio
Del extremo derecho al centro: ese es el camino que siguió Philippot durante la campaña electoral de 2017, cuando intentó convencer a Marine Le Pen de ir a rendir honores a la tumba de Charles de Gaulle. Pero la presidenta del FN no acabó por decidirse a dar este paso: en vez de honrar al europeísta, prefirió peregrinar a la Catedral de Reims, pues los mausoleos de los antiguos reyes franceses son para los conservadores del país un símbolo de la "Francia eterna”.
Reims o de Gaulle. La elección entre ambas vías es el dilema del Frente Nacional: tiene que elgir entre los testarudos votantes tradicionales, en el extremo derecho del espectro político, y los que se sienten más cómodos en la centro-derecha. Un dilema que Philippot, el entonces gran estratega del FN, no consiguió resolver en los comicios de 2017, cuando Le Pen acabó perdiendo frente a Emmanuel Macron, el carismático presidente de "En Marche”.
Una derrota y sus consecuencias
Lo que podía significar una derrota es algo que Philippot ya había aclarado años antes. Un partido es un medio para alcanzar el poder, aclaró a principios de 2015. "Cuando el partido ya no conduce al poder, entonces…”. Visto desde una perspectiva actual parece claro a qué se refería: en mayo de 2017, antes de conocer los resultados electorales, formó el grupo "Los Patriotas”. El comienzo del fin de su relación con Le Pen y el FN.
En enero de 2018 se pudo ver a Philippot, miembro del Parlamento Europeo, en las calles de la pequeña ciudad de Belfort, en el Norte de Francia, intentando conquistar potenciales votantes. Según Le Monde, no se le veía cómodo.
Quizás también porque todavía tiene que aclarar qué defienden los "Patriotas”. Philippot es un convencido opositor del euro y está a favor de una salida de Francia del área de la moneda única. En todo lo demás se diferencia poco del FN, últimamente bastante menos alérgico al euro, que bajo el mandato de Philippot dio un paso hacia el centro político. Así, los "Patriotas” no solo son un partido en busca de votantes, sino también en busca de un programa.
Autor: Kersten Knipp (EAL/ER)