Corporativismo en México
19 de septiembre de 2017
"Hemos luchado por nuestro derecho a decidir y continuamente vemos cómo ese derecho es boicoteado, lo que hemos vivido en los últimos 20 años ha sido un autoengaño”, afirma el poeta, novelista y ensayista mexicano Alberto Ruy Sánchez, (CDMX, 1951), que llegó a la capital alemana invitado por el Festival Internacional de Literatura de Berlín para presentar su poemario "Luz del colibrí” (Ediciones Era, 2016).
La situación que atraviesa el país con elecciones federales en 2018, con un problema de impunidad que se eleva a un 98%, corrupción, e infiltración del narcotráfico a niveles nunca antes vistos, no lo deja indiferente. Ruy Sánchez señala que la ciudadanía tenía esperanza en que con la alternancia de los partidos políticos llegaría la democracia, pero no ha sido así.
Sistema corporativista
"La esencia del sistema político durante los 70 años que gobernó el Partido Revolucionario Institucional (PRI), es lo que llamamos corporativismo, una repartición sexenal de dinero, de poder y de influencias a través de los sindicatos, organizaciones populares y asociaciones patronales. Eso no se modificó. Al contrario, cuando llegó el Partido Acción Nacional (PAN) (en el 2000) tomó más fuerza. El sindicato de la educación con Elba Esther Gordillo se volvió mucho más poderoso, el sindicato petrolero también. El único avance en los últimos 20 años fue la creación de una institución que fue un árbitro de las elecciones”, afirma.
El Instituto Federal Electoral (IFE) tenía que ser independiente del gobierno y de los partidos. El ahora llamado Instituto Nacional Electoral (INE), ha sido cooptado por los partidos debido al corporativismo del sistema, según el escritor. "Ahora tenemos a los sindicatos y a los partidos políticos como el gran freno de la democracia en México. Los partidos este año recibieron un aumento del presupuesto para financiar sus campañas mayor que el aumento del presupuesto destinado a la educación y a la ciencia. Eso es inconcebible y es el signo claro de la corrupción que hay en México”.
Los gobernadores son "virreyes”
La otra raíz de la corrupción se debe a una ley que otorgó a los gobernadores de los Estados independencia respecto al poder central. "Se convirtieron en virreyes. Un gobernador en México tiene a veces más poder que el presidente, lo que explica que hayan podido hacer alianzas con diferentes cárteles. La violencia en México es el producto de la alianza entre los poderes políticos y los cárteles locales que se enfrentan en una guerra por el territorio. En Tamaulipas (en el noreste del país), el poder del narco ha superado al poder político. Tamaulipas es un territorio perdido para México”, afirma el escritor.
Según Ruy Sánchez, los gobernantes de su país ya no son los demagogos de antes. "Ahora lo que les importa es la ostentación, las marcas de los relojes, un avión nuevo”.
El escritor cita al filósofo francés Montesquieu, para explicar los dos tipos de corrupción que hay. "La que rompe la ley, que es más fácil de solucionar, siempre y cuando haya voluntad de perseguirla y los que ejercen la justicia no estén coludidos con ella. Eso ya es un reto enorme. El otro tipo de corrupción es la que está protegida por las leyes. Nosotros tenemos leyes que protegen la corrupción. Mientras el Instituto Nacional Electoral (INE) esté cooptado por los partidos políticos no será independiente, por lo tanto será legalmente corrupto”.
Fiscalía General
A eso se suma la controversia por el nombramiento del futuro Fiscal General. Hace tres años el gobierno de Enrique Peña Nieto acordó con la mayoría de los partidos políticos una reforma política que pondría fin a la Procuraduría General de la República (PGR), la institución responsable de investigar y perseguir delitos, que depende del Ejecutivo y cuya credibilidad está en tela de juicio en un país en donde el 98% de los crímenes quedan impunes. La reforma de 2014 prevé la creación de una Fiscalía General independiente del gobierno y también prevé el pase automático del procurador, cargo que actualmente ocupa Raúl Cervantes, al de fiscal. Sin embargo, la cercanía de Cervantes a Peña Nieto y al gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI), provoca rechazo en amplios sectores de la sociedad mexicana. "El presidente teme que si hay un cambio drástico, la justicia lo acabe persiguiendo”.
El poeta afirma que la solución no es la alternancia de partidos políticos, sino una depuración del sistema. "En México, la gente cree que puede haber un cambio si gobierna otro partido, pero lo esencial es que el sistema corporativo no se está moviendo". Como ejemplo pone al izquierdista Morena, (Movimiento de Regeneración Nacional) de Andrés Manuel López Obrador, dos veces candidato presidencial, que nuevamente lidera las encuestas. "En la Ciudad de México Morena moviliza a todo el comercio informal, está organizado como un sindicato más. Todas estas organizaciones son parte del corporativismo. Son formales y pagan sus contribuciones al partido, pero no pagan impuestos al fisco", concluye Ruy Sánchez.