La sombra de Estado Islámico no abandona Mosul. La ciudad respira incertidumbre y nada ilustra mejor la falta de perspectivas que el aumento del trabajo infantil. El reportaje acompaña a Razzan, Hameed y Maher, tres jóvenes del barrio de Harmat, conocido por la cercanía de muchas familias a EI, el grupo terrorista que controló Mosul entre junio de 2014 y julio de 2017 antes de ser expulsado por el ejército iraquí apoyado por unidades de peshmergas kurdos y la aviación estadounidense. Los padres de Hameed y Maher militaron en EI; uno murió y el otro está preso. Razzan, cuyo padre fue torturado por los yihadistas, cuida de Hameed y Maher. Los tres buscan a diario algo aprovechable entre las ruinas de Mosul. Aunque el trabajo es agotador y peligroso porque entre los escombros acechan aún numerosas trampas explosivas, los muchachos no tienen alternativa; deben ayudar a sus familias. No reciben ayuda ni del Estado iraquí ni de organizaciones internacionales. La sociedad les considera unos parias. Ellos responden con su orgullo.