Los increíbles viajes de las especies migratorias
Desde el Ártico hasta el Serengueti, ballenas, mariposas y otros animales emprenden viajes extraordinarios. Principalmente para alimentarse o aparearse, pero algunos incluso en busca de tratamientos exfoliantes.
De polo a polo
Los animales migran para evitar los duros inviernos, pero el charrán ártico, un verdadero amante del sol, lleva esta estrategia al extremo. Esta pequeña ave vuela entre el Ártico y el Antártico para disfrutar de dos veranos y más horas de luz que cualquier otro animal. Con un viaje de ida y vuelta de unos 35.000 km., el charrán ártico rompe todos los récords de distancias migratorias recorridas.
Un viaje agotador
Si el charrán ártico se lleva el premio a la distancia, el salmón merece un reconocimiento por su esfuerzo. Los huevos eclosionan en el río y cuando los peces crecen nadan torrente abajo para llegar al mar. Pero el trabajo duro viene cuando luchan contra la corriente y saltan incluso cascadas para regresar a casa a desovar. Pero osos, águilas y pescadores los esperan cuando se acercan a su meta.
Excursionistas de medianoche
De día, los murciélagos de la fruta cuelgan de los árboles. Pero tan pronto anochece, se elevan por el aire viajando hasta 180 kilómetros y dispersan semillas y polen mientras se alimentan. Dependiendo de la estación, también cubren mayores distancias, a menudo en grandes grupos. En otoño se reúnen unos diez millones de murciélagos frugívoros en el Parque Nacional de Kasanka, en Zambia.
Spa para la piel
Muchas ballenas cazan en las regiones polares, pero también pueden viajar 18.000 kilómetros al año para llegar a aguas más cálidas. Los científicos creen que prefieren parir en los trópicos. Pero nuevos estudios sugieren que podrían estar migrando por el bien de su piel. Las ballenas mudan de piel y las aguas más cálidas podrían facilitar este proceso. Esta limpieza reduce el riesgo de infección.
Tour real
Es difícil imaginar a una criatura tan pequeña y frágil emprendiendo viajes migratorios épicos. Y aún así, la mariposa monarca puede viajar hasta 3.000 kilómetros. En verano, se sienten como en casa en las regiones del norte de EE.UU., pero cuando las temperaturas caen se dirigen al sur, a California o México. El hecho de dormir juntas en gran número les ayuda a mantenerse calientes todo el año.
El tercer ojo
Las tortugas laúd recorren hasta 10.000 km., desde Canadá hasta el Caribe y desde Alaska hasta Indonesia. Viajan desde las zonas ricas en su comida favorita, las medusas, hasta las playas donde se reproducen. Los científicos creen que una mancha rosada en la parte superior de su cabeza es sensible a la luz y envía una señal a la glándula pineal para que emprendan el viaje en el momento adecuado.
Siguiendo a la manada
La migración masiva de los ñus a través de las llanuras africanas es quizá el mayor espectáculo del planeta. Su ruta lleva a 1,5 millones de ñus a viajar a través de la zona del Serengueti-Mara en busca de agua y comida. Cebras, gacelas y otros animales de pastoreo se unen a ellos para cruzar ríos llenos de cocodrilos y esquivar a leones y otros animales salvajes. La manada ofrece protección.
Comida lenta
Famoso por su devoción paternal, el pingüino emperador pone su huevo a unos 100 km. del océano Antártico. Madre y padre deben turnarse para viajar a través del hielo, alimentarse de peces y regresar con el estomago lleno de comida para alimentar a sus crías. Su pareja, mientras tanto, pasa hambre durante semanas para mantener caliente al polluelo. De otra manera moriría de frío en pocos minutos.