Eslovaquia niega ayuda a Grecia
13 de agosto de 2010Kurier, de Viena: “Esto no ha existido nunca en la historia de la moneda común euro: un país rompe desvergonzadamente las reglas del club y le niega a un eurosocio la solidaridad. El principio de la UE, el apoyo mutuo, no les interesa a los eslovacos… Esto puede que le traiga al nuevo Gobierno conservador liberal de la primera ministra Iveta Radicova, aceptación nacionalista y populista. Pero en la UE este comportamiento puede tener consecuencias políticas catastróficas, no para Grecia, tampoco para los países de la zona euro, sino para la propia Eslovaquia. Si Bratislava, en el futuro, busca la ayuda de los socios europeos, éstos recordarán claramente el comportamiento de los eslovacos. La votación en el Parlamento muestra que los políticos eslovacos, en seis años de membresía, no han entendido aún cómo funciona la UE: take and give son las reglas de la acción común y no el egoísmo nacional”.
Nadie acudirá en su auxilio
Neue Zürcher Zeitung, de Zúrich: “Efectos financieros concretos no tendrá la decisión, ni en el paquete de salvataje de 110 mil millones de euros para Grecia de la UE y el FMI, ni en el hecho de que Bratislava seguirá recibiendo subvenciones y ayudas estructurales de la UE. Para tales sanciones financieras no existe, en este caso, un fundamento legal. Políticamente, al contrario, los daños y perjuicios son considerables. Sus socios en el eurogrupo y en los Consejos de la UE le echarán en cara a Bratislava por mucho tiempo que se puede exigir solidaridad sólo cuando se está dispuesto a ofrecerla en caso de emergencia. En caso de que Bratislava misma sufriese una emergencia, en Bruselas nadie se dará prisa en acudir en su auxilio”.
Pudo haberlo dicho antes
Tagesspiegel, de Berlín: “Eslovaquia participó en la decisión sobre el paquete de salvataje; pudo haber expresado sus dudas. Con su no, los eslovacos provocan una nueva crisis de confianza. Nota: debilitar estipulaciones vinculantes ya fue alguna vez motivo de una crisis del euro. En ese entonces se trató de los criterios de estabilidad y los pecadores se llamaban Francia y Alemania. Bruselas calló. Ahora tiene que actuar”.
MB/ afp/ dpa
Editora: Emilia Rojas