Los equipos “parqueadero”

Los actuales campeones del mundo con Alemania Toni Kroos y Philipp Lahm son los perfectos ejemplos de la forma en la que funciona en el mercado del fútbol la práctica del “parqueo”. En sus primeros años de carrera profesional ambos jugadores fueron cedidos por el Bayern a equipos más chicos de la Bundesliga para permitirles acumular experiencia y conservar el ritmo de competencia.

Lahm estuvo en Stuttgart; Kroos en Leverkusen, y su regreso a Múnich ocurrió solo cuando las directivas deportivas del club consideraron que el ciclo de formación estaba casi completamente cerrado, y que ambos jugadores atravesaban el mejor momento para explotar su talento, como efectivamente ocurrió.

Una nueva moda

El caso de Kroos y Lahm ocurrió ya hace varios años, cuando el préstamo de prometedores futbolistas juveniles era considerado como algo excepcional. Hoy este tipo de cesiones son la norma. Los grandes clubes del mundo invierten cada vez más y más dinero en el futuro y le apuestan a jóvenes valores que no pueden incluir en sus plantillas y a los cuales entrega en cesión a otros equipos.

Como la esperanza es poder beneficiarse de ellos más adelante, esta es la mejor solución al dilema de cómo seguir fomentando su crecimiento cuando no tiene lugar para ellos. Así, los clubes ricos, los que tienen suficientes recursos para realizar inversiones que no deben rendir inmediatamente dividendos, fichan a jugadores que se pueden dar el lujo de “parquear” alrededor del mundo, donde hay suficientes equipos necesitando refuerzos de calidad que no podrían pagar de sus propios bolsillos.

Esta práctica se ha vuelto una moda internacional y para ilustrar sus dimensiones basta mirar ejemplos como el del Chelsea de Inglaterra, que tiene prácticamente un equipo completo repartido en préstamo por todo el mundo. El club de Londres tiene cedidos en total a 27 jugadores, cuatro de ellos en la Bundesliga: Lucas Piazon en Fráncfort; Oriol Romeu en Stuttgart, Thomas Kalas en Colonia; y Thorgan Hazard en Gladbach.

A Alemania llegaron jóvenes jugadores, pero la práctica, aunque está diseñada especialmente para ellos, no se limita exclusivamente a talentos en formación. Hay muchas estrellas consagradas que han ido de un equipo a otro bajo la figura del préstamo: el español Fernando Torres estuvo en Milán, y ahora en Atlético Madrid; el colombiano Radamel Falcao, que pasó del AS Monaco al Manchester United, el ingles Franck Lampard, del New York City FC al Manchester City, a donde también arribó proveniente del Valencia el español Álvaro Negredo.

Alemania también participa

La Bundesliga no es ajena a la moda internacional y cada vez son más los clubes dispuestos a fortalecer sus plantillas sirviéndole de “parqueadero” a interesantes jugadores propiedad de equipos poderosos. El Augsburgo es uno de ellos y por eso recibió en sus filas a Pierre-Emile Höjbjerg, uno de los talentos sobre los cuales planea construir su futuro el poderoso Bayern Múnich, que también envió al joven internacional de Estados Unidos Julian Green al Hamburgo, y al suizo Xherdan Shaqiri al Inter Milán de Italia..

El Maguncia es uno de los clubes alemanes que más acude a esta práctica, y en su plantel han estado parqueados recientemente jugadores de diferentes lugares, entre ellos el serbio Filip Djuricic cuya ficha le pertenece al Benfica de Lisboa; los alemanes Philipp Wollscheid del Leverkusen, Christian Clemens del Schalke y Jonas Hofmann del Dortmund; el chileno Nicolás Castillo del FC Brujas; y el tunecino Sami Allagui del Berlín.

El club de la Bundesliga que actualmente más jugadores suyos tiene cedidos en préstamo es el Leverkusen, que tiene todo un equipo -11 jugadores- distribuido en distintas ligas, entre ellas la local (en Bremen) la inglesa (en Stoke City y FC Fulham), la holandesa (Ajax Ámsterdam), y las divisiones inferiores de Alemania (Braunschweig, Bochum, Düsseldorf, Osnabrück, Halle y Fürth), entre otras.

Adicionalmente tanto para la Bundesliga, como en los demás campeonatos del mundo, el “parqueo” de jugadores no solo es práctico, sino que también consigue ser lucrativo. Esto por lo menos revelan los datos estadísticos de la FIFA. La institución, en su sistema de registro de transferencias, encontró que con esta práctica los clubes realizaron en el 2011 transacciones por 175 millones de euros, mientras en el 2014 se bordearon los 450 millones de euros.