Los desafíos de Letonia

El claro apoyo del 67% de la población letona a favor de la adhesión de su país a la Unión Europea, demostró el atractivo de la Europa ampliada. "Estamos contentos y orgullosos de que los ciudadanos de Letonia hayan decidido unirse a la Unión Europea, ellos traerán sus experiencias, talento y buena voluntad a nuestra familia europea", dijo el presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, en un comunicado. En él subraya que "los ciudadanos de nueve países se han pronunciado y han dado un fuerte impulso a la integración europea, lo que para nosotros significa un gran aliento para trabajar aún más duro para unir el continente".

Bienvenida Letonia

El referéndum de Letonia culminó el ciclo de plebiscitos celebrados en nueve de los diez países de la UE para formar la Europa de los 25 el año próximo. Junto al país báltico, respaldaron la adhesión a la UE, Malta, Eslovenia, Hungría, Lituania, Eslovaquia, Polonia, la República Checa y Estonia. Chipre fue el único país en donde el Parlamento tomó la decisión debido a la división existente en la isla.

Letonia tiene tras de sí varios años de duros e intensos esfuerzos por transformarse en una democracia moderna y en una economía de mercado que funciona, y tiene todavía serios desafíos por delante. "Nuestro país ha consumado su ruptura con el pasado y ahora mira hacia el futuro", dijo la presidenta, Vaira Vike-Freiberga, al conocerse la victoria de los partidarios de la integración en la UE.

Victoria agridulce

Sin embargo las celebraciones en la capital letona, Riga, fueron interrumpidas abruptamente por el estallido de una crisis política. Apenas había terminado el referéndum, Eriks Jekabsons, líder del Primer Partido - miembro de la coalición gobernante - acusó al primer ministro, Einars Repse, de llevar al país al autoritarismo a través del control sobre los servicios secretos y, acto seguido, pidió su dimisión. Repse respondió que si el Primer Partido tiene esa postura, entonces debiera dejar la coalición gobernante. La repentina crisis se deriva de una tensión acumulada durante meses, que daña la imagen del país báltico y el proceso de reformas económicas para atraer la inversión extranjera.

Medio millón de marginados

Otro punto oscuro en la consulta popular lo supuso el casi medio millón de habitantes de Letonia que fue excluido del referéndum al no poseer la nacionalidad letona. Unos 349.000 rusos, 65.000 bielorrusos, 50.000 ucranianos y 17.000 polacos no tienen nacionalidad letona debido a las leyes de naturalización del país. En 1991, recién independizada de la URSS, Letonia negó la ciudadanía a los no letones que hubieran inmigrado a la república tras la ocupación soviética en 1940, por ser considerados instrumento de la política de rusificación del Kremlin. Sólo unos 65.000 rusos consiguieron la nacionalidad letona en la última década, tras pasar exámenes del idioma letón, entre otros, lo que para muchos, sobre todo los ancianos, significó una verdadera barrera.

Grandes desafíos

El integrar a estos cientos de miles de marginados, el enfrentamiento entre los partidos que forman la coalición en el poder, son parte de los problemas que enfrenta la administración de la presidenta Vike-Freiberga. El otro gran reto será la entrada de Letonia a la OTAN, prevista también en el 2004. Se trata de una disyuntiva que no cuenta con tanto entusiasmo como la adhesión a la UE, pues la ciudadanía ve con desconfianza a una organización militar que en todo caso les recuerda las sombras del pasado, cuando el país estaba sometido al yugo soviético.